ABC (Andalucía)

Serra alega que el FROB avaló los altos sueldos de Catalunya Caixa

∑ El exministro declaró ayer en el juicio por los elevados salarios de la cúpula en plena crisis

- JESÚS HIERRO BARCELONA

En plena crisis económica, el Fondo de Reestructu­ración Bancaria (FROB) inyectó 1.250 millones de euros a Catalunya Caixa para sostenerla. Era el año 2010. Mientras esto sucedía, la excúpula de la entidad, que entonces presidía el exministro socialista Narcís Serra, aprobaba lo que el fiscal cree que eran unos exagerados sueldos y dietas para dos de sus más destacados directivos, Adolf Todó y Jaume Massana. Serra, para quien el fiscal reclama cuatro años de cárcel, se defendió ayer en el juicio: los sueldos se establecie­ron «con el conocimien­to» del Banco de España y del FROB. También habían sido comunicado­s a la Generalita­t de Cataluña.

Pero el supuesto aval de quienes debían supervisar la entidad no fue el único argumento que Serra puso sobre la mesa en una declaració­n de más de tres horas en la Audiencia de Barcelona. Para el exministro, los salarios no eran desproporc­ionados sino «relativame­nte prudentes» y «ajustados» a la «media» de lo que se pagaba en el sector bancario entonces. Dijo ser «crítico con la remuneraci­ón del sector financiero» pero se justificó alegando que la entidad debía buscar a los mejores: «En todo momento la voluntad del consejo de administra­ción fue de cumplir con lo pactado y de que él –Todó– se sintiese reconocido y respaldado porque su labor en 2009 y 2010 fue ingente».

Pese a la grave crisis, sus sueldos no dejaron de subir. El consejo de administra­ción autorizó dos aumentos salariales con los que Todó pasó a cobrar 812.501 euros y Massana 610.201. Ayer, en el juicio, Serra argumentó que cuando se les fichó en 2008 para «cambiar el rumbo» de la entidad habían pactado que sus sueldos se situarían en la «media» del sector bancario. La subida se haría «por etapas». De ahí, según él, los aumentos acordados en 2010. Pero no solo eran los sueldos, sino también las condicione­s. Para Todó, por ejemplo, se estableció una cláusula de jubilación por la que de los 60 a los 67 años podría cobrar el 90% de su sueldo y a partir de esa edad una «renta vitalicia» del 80% de lo que recibía el año anterior. Otra cláusula garantizab­a que, en caso de morir, la hija de Todó podría recibir una pensión vitalicia del 50% de lo que hubiera cobrado su padre en su último año de vida. Serra respondió a las preguntas del fiscal, Fernando Maldonado; a las de su abogado, Pau Molins, y de la Abogacía del Estado. Se negó, en un principio, a contestar a la CUP, acusación particular en el caso. Su letrado recordó en el Parlamento catalán en 2013 el entonces diputado David Fernández le llamó «ladrón». Finalmente, el exministro se lo repensó y accedió a contestar a la abogada Montserrat Vinyets. El juicio se reanudará el próximo martes, cuando Todó tendrá la oportunida­d de dar su versión. En días sucesivos declararán el resto de la cuarentena de exdirectiv­os encausados de la entidad financiera.

Narcís Serra «Intentamos que (Todó) se sintiese reconocido... Los sueldos eran relativame­nte prudentes»

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