Villén, «arrepentido» de las juergas en prostíbulos pagadas con la tarjeta oficial
Atribuye los pagos a su «actividad comercial» en la fundación pública y dice que devolvió todo
Fernando Villén Rueda confesó ayer estar «arrepentido» y «avergonzado» por las doce juergas que pagó con tarjetas oficiales cuando estuvo al frente de esta fundación autonómica dedicada a impartir cursos para formar a desempleados. Aunque sostiene que repuso todo el dinero de su bolsillo —32.000 euros en total—, devolución que la Guardia Civil pone en duda, el ex alto cargo calificó los gastos en los clubes de alterne como «impresentables» e «indecorosos». «Uno sabe donde empieza pero no donde acaba», contestó al fiscal cuando éste le preguntó el motivo de los abonos en clubes de alterne, salidas nocturnas que vinculó a su «actividad comercial» como director de esta entidad pública.
Llegó al juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla con 50 minutos de antelación a la hora a la que estaba citado, lo que le permitió esquivar el paseíllo ante las cámaras de televisión apostadas a las puertas de los juzgados de Sevilla. Villén lleva cuatro años en el paro y ha empezado a cobrar la ayuda para mayores de 55 años.
La juez María Núñez lo llamó a declarar por supuesta malversación y apropiación indebida de fondos públicos porque lo había pedido la Junta de Andalucía, personada en el caso. Sobre la mesa tiene un atestado que revela que pagó 72.486 euros con tarjetas oficiales: 31.969 en clubes de alterne, 22.554 euros en restaurantes, 11.262 euros en peajes y autopistas y 1.805 euros en hoteles, entre otros gastos.
El ex director general de la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo, más conocida por sus siglas, Faffe, no tiró de la manta. Ni siquiera hizo amago de levantar una punta. Es más, dice que no hay manta de la que tirar. El fiscal Fernando Soto le preguntó de varias formas quiénes le acompañaron en sus veladas de alterne. Primero contestó que eran «amigos y conocidos» y no se acordaba de sus nombres. Ante la insistencia del fiscal, acabó admitiendo que no lo pensaba decir. Y punto.
Lo que sí contó delante de la juez María Núñez Bolaños —quien no le formuló preguntas— es que acudía a los clubes de alterne de Sevilla, Córdoba y Cádiz y a restaurantes dentro de su «actividad comercial» como director, que consistía en captar fondos privados para la entidad pública. Así lo manifestó a los periodistas su abogado, Pablo Ollero, al término del interrogatorio del fiscal y de su defensa, que duró casi una hora. Declaró que el patronato de la fundación le había encargado que buscara un porcentaje de sus ingresos a través de contratos privados, aunque la principal fuente de financiación siguieran siendo las subvenciones de la Junta. Gracias a esta «actividad comercial», logró una inyección extra de 40 millones de euros.
Villén flaqueó cuando el fiscal le preguntó cómo pudo confundir su tarjeta de crédito personal con otra para gastos de representación hasta quince veces durante la noche del 22 de marzo de 2010 y la madrugada del día siguiente en el club de alterne sevillano Don Angelo, donde gastó 14.737 euros. El exdirector admitió que alguna vez no se equivocó de tarjeta, según confirmaron otros letrados presentes en su declaración.
El 22 de marzo de 2010 era una fecha señalada. Ese martes, el presidente José Antonio Griñán abordó una crisis del Gobierno andaluz que supuso el relevo del consejero de Empleo, Antonio Fernández, de quien dependía la fundación Faffe. Ese día hubo un comité de dirección en la Consejería de Empleo para despedir a Fernández, que duró hasta tarde y al que asistió Villén, así como otros responsables.
En relación a los 14.737 euros cargados a la tarjeta de la Faffe en menos de seis horas, el representante del Ministerio Público le preguntó si había llamado al banco para pedirle que le anularan la tarjeta porque se la habían robado. El exdirectivo lo negó y explicó que llamó al banco para informarse de cómo podía anular los cargos en la tarjeta. Desde la entidad financiera le recomendaron que volviera al club de alterne para hacer el pago en efectivo y anular los abonos. Así lo hizo.
En cuanto al resto de pagos de imposible justificación que destapó la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, Villén esgrimió que devolvió el dinero en efectivo a la «caja central» de la entidad con sus ahorros.
Sólo «diez ocasiones»
«Se confundía de tarjeta, pero cada vez que se daba cuenta lo pagaba», apuntó su abogado, por lo que «no hay falta de transparencia que provocara un gasto público». «Es una tarjeta de representación perfectamente controlada, no es una tarjeta “black”», subrayó Pablo Ollero. Su abogado restó hierro al uso de la tarjeta en los clubes de alterne. «Fueron diez ocasiones en ocho años, en 2.920 días, y nos rasgamos las vestiduras», advirtió.
La investigación de la UCO reveló que había otras dos tarjetas de Caixabank asociadas a cuentas del Servicio Andaluz de Empleo, cuyo titular era un hermano del exdirector general, Manuel Villén Rueda, exdirector de Administraciones Públicas de la Faffe. En dichas tarjetas se detectaron 871 pagos por 8.109 euros entre 2006 y 2011. Todos estos abonos eran de peajes en autopistas. A preguntas del fiscal, Villén reconoció que su hermano se desplazaba a diario desde Cádiz, donde vivía, a Sevilla, donde trabajaba, y se le facilitó una tarjeta para pagar el peaje. Además de Villén comparecieron cuatro investigados más.
No lo hizo, aunque estaba citado, el exalcalde de la localidad sevillana de Lebrija, el socialista Antonio Torres García, que estuvo a sueldo de la fundación pública de la Junta durante once años sin ir a trabajar. Tampoco ha acudido al juzgado cuando lo ha llamado.
Villén confesó sentirse «muy arrepentido» y «avergonzado» por estos gastos «impresentables»
«Uno sabe donde empieza pero no donde acaba», replicó al fiscal, que le preguntó por sus fiestas
El ex alto cargo admitió que pagaba varias veces en un día en función de las consumiciones en el local
Asegura que él estaba autorizado en las tarjetas, pero también tres conductores de la Faffe
Vinculó los pagos en clubes de alterne a su «actividad comercial» como captador de fondos privados
Su hermano tenía otra tarjeta a la que endosó los 871 pagos del peaje por sus desplazamientos a Sevilla
Afirma que devolvía el dinero cuando se daba cuenta de que usaba una tarjeta que no era la suya
Admitió que a veces no se confundió de tarjeta cuando el fiscal le preguntó por los 15 pagos en una noche
No reveló quiénes eran sus acompañantes. Primero dijo que no se acordaba y luego que no lo iba a decir
Su letrado afirmó que fueron diez ocasiones en ocho años y «nos rasgamos las vestiduras»
El exalcalde de Lebrija no acudió a declarar. Estuvo a sueldo de la Faffe durante once años sin ir a trabajar