ABC (Andalucía)

La doble vara de medir

- JUAN PABLO COLMENAREJ­O

Empieza a ser ya un hecho probado. Hay una doble vara de medir en la opinión publicada y, por supuesto, también en la pública. Ninguna ministra del PP hubiera aguantado medio asalto mediático si niega conocer a un capo policial de los bajos fondos y horas después se le escucha en alegre conversaci­ón con el aludido jaleando el método de la informació­n vaginal. Tampoco hubiera resistido menos de un telediario el macho del PP o de Ciudadanos –que no se piensen los de Rivera que están a salvo de la doble vara– que le hubiera llamado palmera, haciéndole ojitos, a una diputada de la izquierda o independen­tista durante una sesión parlamenta­ria. Hay dos varas de medir. Y según avance el tiempo del Gobierno de Sánchez, una será cada vez más corta y otra más larga. El ejercicio hay que hacerlo a diario y funciona, está comprobado.

¿Qué se estaría diciendo si el abucheado en el paseo de la Castellana fuera un presidente del Gobierno de PP o de Ciudadanos? Segurament­e nada o, como mucho, que se aguante, porque algo habrá hecho para merecerlo. La ministra Margarita Robles ha salido en defensa –es lo propio de su cargo– del presidente Sánchez frente a quienes reclamaron elecciones, bien es cierto que a voces y con cajas destemplad­as, y le llamaron «ocupa», sin matizar si lo proferían con k o con c.

Dice su señoría Robles que «no hay cabida para los que insultan y faltan al respeto». Tiene toda la razón la señora ministra, salvo si procede a la lectura detallada del acuerdo de su Gobierno en minoría absoluta con Podemos, en el que proponen eliminar los frenos a «la exposición libre de concepcion­es». Es decir, que se puede insultar al Rey u ofender a los sentimient­os religiosos en el uso de la libertad de expresión, pero no es posible el desahogo en el paseo de la Castellana, a decenas de metros de distancia, en cuanto aparece el presidente del Gobierno. ¿Caben o no los que insultan y faltan al respeto?

La doctrina de la superiorid­ad moral de la izquierda nos dice que depende de donde venga la música de viento. El Gobierno ha rendido homenaje –como es su obligación y muestra esta fotografía– a los 175 años de la bandera española. Contra ese símbolo constituci­onal, que incluye la Corona en esta democracia del 78, van en acoso y derribo los independen­tistas y Podemos, los socios gubernamen­tales. Es decir, los que con sus votos dejan que Margarita Robles siga en el puesto abroncando únicamente a aquellos que en el uso de su libertad y de sus cuerdas vocales le expresan su «concepción» al presidente del Gobierno en mitad de la calle. No hay nada como tener dos varas.

 ?? ISABEL PERMUY ?? Margarita Robles recorre ayer las salas de la exposición que conmemora el 175 aniversari­o de la bandera nacional
ISABEL PERMUY Margarita Robles recorre ayer las salas de la exposición que conmemora el 175 aniversari­o de la bandera nacional
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