Viaje al misterioso planeta bombardeado por el Sol
Europa lanzará el próximo sábado su misión espacial más compleja
Mercurio es el planeta más cercano al Sol y el que menos tarda en completar una vuelta a su alrededor. Como es tan veloz, los babilonios le bautizaron como Nabu, en honor al mensajero de los dioses de su mitología, y después los griegos y los romanos le conocieron como Hermes y Mercurius, respectivamente. Pero lo cierto es que este emisario de los dioses aún no ha transmitido su mensaje. Hasta ahora solo han volado hasta Mercurio dos naves espaciales, la Mariner 10 y la Messenger, ambas de la NASA, pero estas abrieron más interrogantes de los que resolvieron. De hecho, este mundo sigue siendo hoy una asignatura pendiente para entender cómo se formó el Sistema Solar, cómo funcionan los planetas y si la Relatividad de Einstein es válida.
Por estos motivos, la Agencia Espacial Europea (ESA), junto a La Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) y otras instituciones, han invertido 1.650 millones de euros en BepiColombo, una sofisticada misión para explorar el planeta Mercurio. Más de 2.000 científicos e ingenieros de instituciones de ocho países han trabajado durante 20 años para que, a las 06.45 del próximo 20 de octubre, la sonda BepiColombo se lance desde el puerto espacial de Kurú, en Guayana Francesa. Se convertirá en la tercera nave en explorar Mercurio y será la culminación de la misión más compleja emprendida por la ESA en toda su historia. Además, BepiColombo tendrá un interés especial porque explorará uno de los planetas más desconocidos del Sistema Solar.
Indicios de agua
«Mercurio es el planeta de los misterios», explicó Mauro Casale, astrofísico de la ESA implicado en la misión, en una rueda de prensa celebrada esta semana en el Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC), en Madrid. «Es el planeta más desconocido del Sistema Solar, así que es muy interesante volver allí porque todavía tenemos muchas cosas que investigar».
Mercurio solo ha sido explorado en dos misiones de la NASA, así que es el mundo rocoso menos estudiado. En marzo de 1974, la Mariner 10 se puso en la órbita del Sol y sobrevoló el planeta en tres ocasiones, revelando una superficie repleta de cráteres y, para sorpresa de los astrónomos, la existencia de un campo magnético. Ya entre 2008 y 2015, la sonda Messenger logró ponerse en órbita alrededor de Mercurio. Encontró indicios de agua y compuestos orgánicos en los cráteres en sombra del polo norte, y trazó un detallado mapa topográfico y fotográfico de la superficie.
BepiColombo será la encargada de coger el testigo de estas dos misiones. Está compuesta por dos sondas distintas: una nave diseñada por la ESA y llamada «Orbitador Planetario de Mercurio» y una parte diseñada por Japón y llamada «Orbitador Magnetosférico de Mercurio». Por eso, Sara de la Fuente, ingeniera de la ESA, dijo que, en realidad, «BepiColombo son dos misiones en una».
Las dos sondas volarán juntas hasta Mercurio ensambladas a un segmento de la nave que funcionará como impulsor y que se llama «Módulo de Transferencia a Mercurio». Este va equipado con unos paneles solares que tienen una envergadura de 30 metros y con un sistema de propulsión. Cuando estén allí, estos tres bloques se separarán y los dos orbitadores comenzarán sus trabajos en distintas zonas del planeta. Los dos se pondrán en una órbita que las hará pasar por los polos y barrer todo el planeta a medida que Mercurio gira sobre sí mismo.
Las dos naves tienen tres grandes objetivos: estudiar el origen y la evolución de Mercurio, analizar las propiedades de su superficie y su interior y aprender sobre su campo magnético y su atmósfera.
Además, la proximidad de Mercurio al Sol será aprovechada por los científicos para hacer un experimento que tratará de verificar un efecto predicho por la Relatividad de Einstein: la lente gravitacional. Este ocurre cuando una gran masa, como el Sol, deforma el espacio-tiempo y produce un desplazamiento aparente el fondo de estrellas. El efecto sería parecido al de desplazar una lupa por un texto, y ver como las letras se van deformando.
Otra de las cosas más interesantes de esta misión es que el viaje hasta Mercurio será una auténtica odisea. El principal problema es que la nave debe viajar a la misma velocidad que este planeta y evitar ser acelerada por la inmensa masa del Sol. Está previsto que el viaje comience el próximo 20 de octubre, cuando se lance desde Guayana Francesa. Aunque la sonda solo necesitaría cinco meses para volar al planeta directamente, su velocidad impediría que entrase en la órbita de este mundo. Por eso, tendrá que tomar una ruta más indirecta, apoyarse en la gravedad de otros planetas y recorrer 9.000 millones de kilómetros. En total, su travesía durará más de siete años y dos meses.
BepiColombo también es una misión extraordinaria porque explorará un mundo desolado en una región abrasada por el Sol. Tendrá que trabajar bajo el bombardeo incesante del viento solar y conseguir que los instrumentos científicos funcionen cerca de una temperatura ambiente, aunque en el exterior haya temperaturas que irán desde los -180 a los 450ºC. Esto ha requerido que el 85 % de toda la tecnología empleada en la misión sea de nueva creación.
Por ejemplo, la sonda va protegida con un recubrimiento multicapa y con una pintura blanca especial para frenar el viento solar. Y los paneles solares están equipados con un circuito de refrigeración líquido, que ayudan a disipar el calor del Sol hacia un radiador. Además, esta misión será el primer viaje interplanetario de la ESA que dependerá de motores de propulsión iónica que han dado problemas durante la fase de pruebas.
Ruta indirecta
La sonda recorrerá 9.000 millones de kilómetros durante más de siete años y dos meses