Los tres milagros del doctor Sánchez
El estadista de Tetuán va a lograr que Franco vuelva a la Plaza de Oriente y que un comunista entre en La Moncloa ahora que España está, dice, llena de fachas
¿ Juráis que el cuerpo que contiene esta caja es el de Francisco Franco Bahamonde, el mismo que os fue entregado en el Palacio de Oriente a las 06:30 horas de la mañana del 21 de noviembre?». Era el 23 de noviembre de 1975 cuando Fuentes de Villavicencio, jefe de la Casa Civil, contestaba: «Sí lo es, lo juro», a la pregunta del entonces ministro de Justicia, Sánchez-Ventura, instantes antes de que una losa de 1.500 kilos de granito de Alpedrete sepultase en la basílica de Cuelgamuros el cuerpo de Franco.
Bueno, pues 43 años después de aquel noviembre el cuerpo de Franco puede volver a la vera de la Plaza de Oriente si Sánchez cumple su empeño de sacar el cadáver del Valle de los Caídos, pues la familia del finado ha contestado que de consumarse la exhumación se va a llevar el cuerpo a la catedral de La Almudena, en cuya cripta tienen los Franco una tumba que ahora solo ocupa su hija Carmen y su esposo. Lo que es un pan como unas tortas le puede salir la maniobra al «Gobierno bonito», que ahora remueve Roma con Santiago para que el Vaticano intervenga e impida la inhumación en la catedral madrileña.
Lo cierto es que el sanchismo está obrando unos prodigios en España que tienen a este batallón a dieta de tila, incapaz de dar abasto ante la estupefacción que genera su acción gobernante (es un decir). No solo es que gracias al doctor Sánchez aquel generalísimo vuelva al escenario donde montaba sus multitudinarios mítines de adhesión al régimen franquista, es que Sánchez ha conseguido meter a un comunista (con un chalé postinero, eso sí) en La Moncloa, por la puerta de atrás, para que le haga los Presupuestos Generales. Iglesias, un personaje tan leal que el mismo día que se ponía chaqueta para firmar el acuerdo en el palacio presidencial, su franquicia en Cataluña se unía a la banda del lazo para reprobar al Rey en vísperas de la Fiesta Nacional.
El tercer milagro del sanchismo es haber llenado España de fachas, porque al parecer todo aquel que no forme parte de esa colección de «patricios de la democracia» que tiene por socios en las Cortes (populistas, separatistas, proetarras...) es «de extrema derecha». Todos fachas, del primero al último. Así, y de acuerdo con los resultados de las últimas elecciones, el sanchismo concluye que en España habitan 12 millones de peligrosos facciosos, todos aquellos que votaron al PP y Ciudadanos, a los que seguramente Maricarmen Calvo (recuerden «Ya vamos tarde en sacar a Franco del Valle de los Caídos») quizá ya coloca en su imaginación ordenados en fila india en la plaza de la Armería esperando para ver a Franco, como hace 43 años.
La Plaza de Oriente le está jugando malísimas pasadas al doctor por la Universidad Camilo José Cela. La más reciente, el episodio del «besamanos» del 12-O, en el que se empeñó en engrandecer, junto a Begoña, el protocolo en las recepciones que Don Felipe convoca en el Palacio Real. Ahora que puede que hasta Franco vuelva a la Plaza de Oriente quizá debamos recordar que de todo lugar se regresa menos del ridículo.
La Plaza de Oriente le está jugando malísimas pasadas al doctor