Golpe al tráfico de armas que acaban en manos de narcos
∑ La pistola con la que un yihadista mató a un gendarme se hizo en 1915 en España
Imagen de una de las armas largas intervenidas por la Guardia Civil Armas de fuego cortas y largas compradas en el mercado negro por organizaciones criminales, delincuentes comunes e incluso yihadistas y lobos solitarios. La Guardia Civil ha logrado dar el mayor golpe de los últimos años a este tráfico ilícito con la intervención de 322 armas y 50.000 cartuchos; hay además cuatro detenidos (tres de ellos ya en prisión) y se han llevado a cabo once registros en Asturias, Cantabria y Madrid.
De las armas intervenidas en la operación Golalde, 275 son cortas –pistolas y revólveres–, 34 rifles y escopetas, 12 armas de guerra (7 subfusiles, 4 ametralladoras y 1 fusil de asalto), 1 bolígrafo-pistola y 1 bastónescopeta, estas dos últimas armas prohibidas, informa Efe.
Muchas de ellas, según los responsables de la operación, podrían tener como destino las organizaciones criminales que actúan en la Costa del Sol y el Campo de Gibraltar, delincuentes habituales e, incluso, células yihadistas y lobos solitarios. A diferencia de grupos terroristas como ETA, los yihadistas no cuentan con canales logísticos y recurren al mercado negro para suministrarse. Como ejemplo, responsables del Servicio de Información citaron ayer el atentado yihadista en Trèbes (Francia) del pasado mes de marzo, cuando murió el gendarme Arnaud Beltrame. La pistola del yihadista que lo mató se había fabricado en España en 1015.
Los detenidos en esta operación traficaban con armas de fuego de distintas procedencias –españolas, israelíes, soviéticas o norteamericanas– e, incluso, aprovechaban algunas inutilizadas para ponerlas de nuevo en funcionamiento. Las pesquisas empezaron a primeros de año cuando se detectó en internet a un falso coleccionista que vendía armas de fuego a precio muy superior al mercado, lo que llamó la atención de los agentes.
Violencia machista
Localizaron a un hombre de 49 años que vivía en una pedanía de Gijón, al que se le había revocado la licencia de armas tras un episodio de violencia machista, por consumidor de cocaína y tener contactos en el narcotráfico. Tenía 16 armas, todas ellas activas y entre ellas un fusil de asalto AK-47, dos UZI israelíes y un INGRAM americano, además de numerosa munición.
Gracias a las intervenciones telefónicas, los agentes localizaron a otras dos personas implicadas, una en Torrelavega (Cantabria), que contaba con un taller clandestino para la rehabilitación y reactivación de las armas, al que se le intervinieron unas 70 armas cortas y largas, parte de ellas en disposición de disparar y otras en proceso de rehabilitación. En Galapagar (Madrid), se localizó a un hombre, que había tenido relación con la seguridad privada.
No se ha detectado conexión alguna de este grupo con terroristas, pero sí con organizaciones dedicadas al tráfico de drogas y al robo.