«Los españoles tendemos a insistir en lo negativo de nuestra historia»
José Calvo Poyato, con su última novela —Las primeras noticias llegaron a la Península a través de la prensa francesa. Aquí se arma un verdadero escándalo, los periódicos españoles acusan a las instituciones y al Gobierno de dejadez.
—Se trata, quizá, del ejemplo mejor conocido sobre el expolio del patrimonio español en el siglo XIX.
—Efectivamente, muchas piezas desaparecieron debido a una legislación deficiente, a la codicia o al poco cuidado de las administraciones públicas. Para que se haga una idea, cuando se descubre el tesoro de Guarrazar no hay un museo arqueológico donde se pudieran depositar las piezas. Sin embargo, sí que los había en los países del entorno.
—A día de hoy, la situación ha cambiado mucho, afortunadamente.
—Ahora contamos con una legislación mucho más armada. Hay que tener en cuenta también que a finales del siglo XIX una parte muy importante de los españoles eran analfabetos. ¿Cómo se le va a pedir a una persona sin conocimientos que valore una piedra? Sin embargo, todavía hay mucha gente que antepone el interés particular. Yo muchas veces me pregunto cuántas cosas se han encontrado y se han vuelto a ocultar.
—Sus colegas catedráticos siempre han visto la novela histórica con cierto recelo.
—Bueno, yo creo que eso es algo que está cambiando. Le pongo un ejemplo, hace poco me han pedido que dé una conferencia en una facultad de Ciencias de la Educación para explicarles cómo ambienté una novela que han utilizado para que los estudiantes aprendan a enseñar Historia. Creo que es un síntoma de que algo está cambiando, aunque, efectivamente, sigue existiendo cierta reticencia.
—¿A qué se debe?
—Yo creo que no se ha querido entender que la novela histórica no es un libro de Historia. Se trata de un género que cuenta, evidentemente, con ciertas libertades. Cosa que no ocurre con el ensayo. También tengo la sensación de que algunos historiadores han sentido que se estaba invadiendo su terreno. Ya sabe que en España somos muy dados a defender nuestra parcela, a pensar que todo aquel que no forma parte de la profesión es un intruso. Ocurre en todos los sectores, no es algo exclusivo de la Historia.
—Usted, muchas veces, se ha expresado en contra de la Leyenda Negra. ¿Qué es lo que hace falta en España para superarla?
—Lo primero que se debemos hacer es sacudirnos el complejo de inferioridad. Tenemos una Historia que, como todas, tiene sus luces y sus sombras. El problema es que tenemos tendencia a insistir en la parte negativa de nuestra historia sin prestar atención a los grandes logros.