Las brigadas del «procés» calientan el 21-D
Con los sindicatos de los Mossos echando un pulso a Torra con encierros de protesta para exigir mejoras laborales, la Generalitat trata de sofocar el fuego que ella misma provocó para calentar la calle con motivo del Consejo de Ministros que se celebrará el día 21 en Barcelona y que el independentismo piensa reventar. Se esforzaba ayer la consejera de Presidencia, Elsa Artadi, en acercar posturas para que pudiera celebrarse una entrevista entre Sánchez y Torra, consciente de que el asunto se les puede ir de las manos.
Motivos tiene pues ayer mismo la autodenominada Asamblea Nacional Catalana, uno de los artefactos entregados al «procés» y con tradición de acoso a la Guardia Civil, pidió la movilización popular con el fin de colapsar Barcelona. También convoca su marcha de boicoteo Òmnium Cultural, que va más allá y piensa celebrar un «consejo de ministros popular», una idea bastante más infantil que lo que preparan los temibles CDR, la fuerza de choque callejera del «procés» a la que Torra animó a «apretar». Con ayuda de elementos de Arran piensan cortar carreteras y vías de ferrocarril. Han creado hasta una especie de «grupos de acción rápida» (cuánto daño han hecho algunas series de televisión) que también centrarán sus sabotajes en las vías de comunicación, las zonas industriales y hasta el cableado de las telecomunicaciones.
La Generalitat sabe de todas estas actividades coactivas que sus brigadillas preparan para paralizar Cataluña, pero aun así se empeñan en afirmar que la seguridad estará garantizada al igual que «la libertad de expresión, pacífica y democrática», en lo que más bien parece una ratonera para el Gobierno de España.