Todo por no defender lo más elemental: que el Ulster es parte del Reino Unido y Gibraltar es su colonia
GIBRALTAR ¿OCASIÓN PERDIDA?
GIBRALTAR es una colonia y seguirá siéndolo mientras siga vigente la resolución 2352 (XXII) de la Asamblea General de Naciones Unidas que insta a los gobiernos español y británico a negociar su descolonización teniendo en cuenta los intereses (no deseos) de sus habitantes bajo el principio de la integridad territorial de los países. Resolución renovada cada año como acaba de ocurrir en este con gran disgusto de los gibraltareños. Cuando España ingresó en la Unión Europea tuvo que aceptar, por imposición británica, que «Gibraltar es un territorio europeo cuyos asuntos internos lleva un Estado miembro». El terromoto vino con el Brexit. Porque si ese Estado abandonaba la UE, Gibraltar lo abandonaba con él. Lo sabían muy bien en Bruselas cuando concedió a España el derecho a veto en cualquier decisión sobre Gibraltar en el punto 24 de las Orientaciones para el Brexit. Pero este punto ha desparecido en el Acuerdo para la Salida del Reino Unido, dejando Gibraltar en manos de negociaciones entre Londres y Madrid. Negociaciones que han finalizado con un resultado bien magro: de entrada, no se ha tenido en cuenta la doctrina de la ONU. Y de salida, se limita a regulaciones sobre contrabando, medioambiente, fiscalidad y algún otro asunto práctico, sin abordar el fondo: la soberanía, ni la co-soberanía siquiera.
Sánchez lo vendió en el Congreso como un gran éxito: «Hemos conseguido todo lo que buscábamos», dijo, para añadir: «Nuestra prioridad han sido la población del Campo de Gibraltar». ¿No hubiera sido mejor, señor presidente, proporcionarles un buen empleo o subsidio, en vez de rendir la principal reivindicación española? La gran oportunidad se perdía.
Y hay más cosas que me preocupan: cómo su alardeo de que «aunque el Reino Unido no ratifique el texto sobre su salida de la Unión Europea, su acuerdo con España sobre el Peñón seguirá en vigor». Lo que significa que hemos vendido nuestros títulos sobre Gibraltar, respaldados por la ONU, por la promesa británica de que los gibraltareños dejarán sus prácticas ilegales. Es lo que ayer proclamó, corregido y aumentado, Picardo: los acuerdos alcanzados con España «seguirán teniendo vigencia más allá del periodo de transición del Brexit, incluyendo a los gibraltareños que tienen casa en España y a los españoles que trabajan en el Peñón». Con lo que su sueño se había hecho realidad: vivir de España bajo el paraguas inglés. Un poco tarde, los representantes españoles en Bruselas preguntan si Picardo o sus lobistas han tenido contactos con los redactores del acuerdo sobre el Brexit. Mi último temor es que los negociadores europeos den a Mrs. May los certificados que dieron a Sánchez para Gibraltar, y sigamos teniendo una colonia en nuestro territorio. Todo por no defender lo más elemental de ese contencioso: que el Ulster es parte del Reino Unido, y Gibraltar es su colonia.