Serrano Suñer, en Berlín: por qué España no entró en la Guerra Mundial
∑Franco creía que era el momento de «entrar» en el Eje, pero con garantías ∑Marruecos y la falta de trigo de Alemania impidieron el acuerdo
ABC desvela los entresijos de las negociaciones entre Franco y Hitler en Hendaya, y el viaje de Serrano Suñer a Berlín, con la entrada de España en la guerra como trasfondo. El desabastecimiento y la ambición expansionista de los nazis fueron los obstáculos.
En vísperas del encuentro de Franco y Hitler en Hendaya, se produjo un frenético intercambio de cartas entre el dictador y su cuñado Serrano Suñer, entonces ministro de Gobernación. Como en una partida de póquer de altos vuelos, se trataba de delimitar cuánto estaba dispuesta a poner sobre la mesa Alemania a cambio de la entrada de España en la Segunda Guerra Mundial. Gibraltar, Canarias, Marruecos, la deuda entre ambos países...
En su visita del 17 al 29 de septiembre de 1940 a Berlín, el emisario franquista trasladó por carta a su cuñado la tibia disposición alemana y, tal vez, fue el primero en comprender que había una distancia insalvable entre lo que pedía y esperaba cada país ante una posible alianza. En la carta a la que ABC ha tenido acceso, se revela que Franco tampoco mostró ningún entusiasmo hacia la oferta de Hitler de que el pago de la deuda por la ayuda prestada en la Guerra Civil se realizara a través de participaciones en sociedades españolas: «Esto ha sido rechazado por Italia por representar un perjuicio para el país y por lo tanto incompatible con los sentimientos de amistad y con el espíritu de solidaridad y confianza entre dos naciones amigas». A cambio, el jefe del Estado proponía reintegrar lo prestado en «plazos e intereses compatibles con su reconstrucción [de España] y para ello debería servir de norma los acordados en Italia, país mucho más pobre...».
Del mismo modo, Franco rechazó taxativamente los planes nazis de hacerse, a precio de saldo, con las empresas francesas y, sobre todo, británicas en suelo hispánico: «Es inaceptable la tesis en todas sus partes. Los bienes de sociedades domiciliadas en Londres o París y existentes en nuestra nación, parte en manos de españoles o de extranjeros de que España se va poco a poco librando, es una reivindicación de nuestra Patria el volver al dominio español lo que como español reconocemos».
Solo se mostró satisfecho, como buen africanista, por la promesa de Hitler y Joachim von Ribbentrop, ministro de Asuntos Exteriores del Reich, de respaldar la expansión española por el Norte de África a costa de Francia. Los planes franquistas pasaban por un pequeño imperio que comenzaba junto a Argel, en el Oranesado, y acababa en la bahía del Galgo, más la ampliación de la Guinea. Como contrapartida, el Caudillo admitía la concesión en este Marruecos español de una base nazi en la Isla de Mogador, en la costa oeste marroquí. No así ceder tierras o una isla de Canarias a los alemanes, puesto que «el mundo es muy grande para que España tenga que sufrir ninguna hipoteca en sus territorios...».
Franco quiere entrar
Toda una retahíla de inconvenientes a las demandas del Tercer Reich que –así lo creía Franco– no alejaba a España de la Segunda Guerra Mundial.
Y es que había otros factores en juego. Hacia 1939, pocos en el régimen habían creído que Alemania pudiera ganar la guerra, pero, ya a finales de 1940, las victorias nazis en los Países Bajos y en Francia habían hecho cambiar de opinión al propio Caudillo. Franco temía que si España no tomaba ya partido se quedaría en tierra de nadie, enemistada con ambos bandos y sin recursos económicos para subsistir.
En el texto dirigido a Serrano Suñer, Franco apuntó que «no hay que olvidar nuestra grave situación interior, en abastecimientos, con una cosecha inferior a los últimos cálculos, que nos fuerza a resolver el problema del suministro por Alemania incluso ayudada por Italia, y por lo tanto nos conviene estar dentro pero no precipitar (se), cuando más se retrase la intervención sin daño para la situación del conjunto, eso hemos ganado; pero debemos estar metidas ya dentro».