Nada más que la verdad
En sesiones de once horas ininterrumpidas, de nueve de la mañana a ocho de la tarde, los miembros del jurado deliberan desde el pasado miércoles en un hotel de Florida sobre los cargos presentados contra Pablo Ibar, un triple asesinato por el que ya fue condenado a la pena capital y por el que ha permanecido en prisión más de veinte años. Tendrán que alcanzar un veredicto por unanimidad para evitar que el proceso sea declarado nulo y tenga que repetirse, como ya sucedió en el primer juicio, antes de que el fiscal Chuck Morton cocinara las pruebas y los testimonios para mandarlo al corredor de la muerte. Eso fue hace diecinueve años.
Ya jubilado, Chuck Morton ha vuelto de su retiro expresamente para ejercer la acusación contra Ibar. «No dejen libre a este asesino», pidió al jurado el obsesivo fiscal durante la lectura de sus conclusiones, una actuación tan desaforada que provocó las inmediatas protestas de la defensa de Ibar y la solicitud de anulación del juicio. [INTERNACIONAL]