La gripe se convierte en epidemia en todo el territorio
Ya es oficial. La gripe se ha convertido en epidemia en todo el país. Las buenas temperaturas habían retrasado la llegada de esta enfermedad estacional, pero la incidencia se ha disparado durante la segunda semana del año con 109,4 casos por cada 100.000 habitantes. La onda epidémica seguirá aumentando en todos los grupos de edad. Así que lo peor aún está por llegar.
Por ahora, no preocupa en exceso la gravedad de la gripe. El virus que circula mayoritariamente es del tipo A, un virus de fácil transmisión aunque de menor intensidad. La mayoría de los casos graves hospitalizados se han registrado en personas mayores de 64 años (52 por ciento). Casi todos tenían enfermedades previas que son un factor de riesgo con la gripe como son la enfermedad cardiovascular crónica, la EPOC o enfermedad pulmonar y la diabetes. Estos pacientes tuvieron que ser hospitalizados por desarrollar neumonía. En los menores de 15 años, la enfermedad respiratoria crónica estaba presente en el 6 por ciento de los pacientes
Desde el inicio de la temporada, uno de cada diez afectados por casos graves de gripe han fallecido y la mayoría superaba los 64 años. Este dato entra dentro de la normalidad de lo que suele ser la epidemia de gripe.
El modelo predictivo con el que trabaja el Instituto de Salud Carlos III ve, por el momento, que la mortalidad detectada en las primeras semanas de enero no supera la mortalidad esperada para este periodo.
Los sanitarios se vacunan
Una de las buenas noticias de esta temporada gripal es que los profesionales sanitarios empiezan a predicar con el ejemplo. La tasa de vacunación en este colectivo ha aumentado un 8,5 por ciento con respecto a la campaña del año pasado, hasta alcanzar el 39,8 por ciento en total, lo que se sitúa a tan solo dos décimas del 40 por ciento que había fijado como objetivo el Ministerio de Sanidad, según se desprende de los datos recogidos por «Gripómetro», el estudio demográfico realizado por el laboratorio Sanofi Pasteur.
Pese a ser un colectivo con un gran riesgo de infección, el año pasado la tasa de cobertura entre este grupo de personas fue del 31,3 por ciento. La cifra sigue estando muy lejos del 75 por ciento que recomienda la OMS.