Sánchez se blanquea en Bruselas
Madrid se queda pequeño para albergar el debate previo a la investidura de Pedro Sánchez. Convocados para abordar con sus respectivas formaciones europeas el reparto de los principales cargos de la UE, Pedro Sánchez, Pablo Casado y Albert Rivera trasladaron ayer a Bruselas su particular diálogo de sordos. En la primera página de la agenda continental, siempre revuelta, estaba ayer el nombre del popular Manfred Weber como próximo presidente de la Comisión, un cargo para el que algunos no lo consideran suficientemente preparado. Para los líderes de los partidos españoles, sin embargo, la prioridad era hablar de sus particulares refriegas políticas. Estaban como en casa.
Mientras su partido se entiende con Bildu, el separatismo balear o ERC, Pedro Sánchez aprovecha la cumbre de Bruselas para hacerse pasar por moderado ante sus pares comunitarios, denunciar al PP y Ciudadanos por su falta de sentido institucional y airear los pactos suscritos por los populares con Vox. «No se puede estar con Bildu, los proetarras y al mismo tiempo pedir que se abstenga el Partido Popular, porque somos completamente incompatibles», respondía Pablo Casado mientras Albert Rivera posaba como el más liberal de toda la Unión en un gran salón de la capital belga. La foto, sin embargo, le salió movida: el líder de Ciudadanos provocó la reacción inmediata del Elíseo tras afirmar que Emmanuel Macron le había felicitado por su política de pactos en España. En Bruselas conviene ir de moderado, pero sin pasarse de frenada. Pablo Casado charla con Angela Merkel