El Gobierno vasco reconoce que había una denuncia por «bullying»
La Ertzaintza mantiene abierta la investigación para determinar las circunstancias que supuestamente llevaron a un joven de 13 años a quitarse la vida el pasado domingo en el municipio vizcaíno de Guecho. La familia apuntó desde el primer momento a los malos tratos que sufría en su anterior colegio, teoría que alimentó ayer la consejera vasca de Educación, Cristina Uriarte, quien reconoció la existencia de una denuncia por acoso hacia el menor.
La nacionalista aseguró durante una conferencia en Bilbao que la administración autonómica tomó las medidas necesarias para evitar cualquier tipo de acoso, si bien añadió que no se encontraron pruebas fehacientes de los abusos que supuestamente se perpetraron en el antiguo colegio del adolescente. «A pesar de todo, se puso en marcha el protocolo y se intervino», subrayó la titular de Educación, que se sumó al dolor de una familia a la que transmitió su «apoyo y solidaridad».
El joven abandonó el domicilio de sus padres el mediodía del pasado domingo, horas antes de que se advirtiera de su desaparición a la Guardia Municipal. La mañana del lunes, un helicóptero de la Ertzaintza halló su cuerpo despeñado en un acantilado de La Galea, ubicado en Guecho. Fuentes de la Policía autonómica confirmaron que manejan diversas hipótesis, incluida la del suicidio inducido por los malos tratos sufridos durante años.
Culpan al colegio
De hecho, los familiares del fallecido señalan directamente a los responsables del anterior centro en el que estudiaba, a los que acusan de no haber tomado las medidas suficientes para proteger al adolescente de sus agresores.
A raíz de la publicación de la noticia, el propio centro emitió un comunicado en el que exteriorizó su dolor por la muerte de su exalumno, e informó de que se pondrá a disposición de las autoridades para colaborar en la investigación. «Sentimos muchísimo el dolor de su familia y si hay algo que podamos hacer por ellos, saben que pueden contar en todo momento con nuestra solidaridad, apoyo y respeto a su intimidad y la de su hijo», destacaron desde el colegio.
Los padres del chico decidieron cambiarle de centro a consecuencia de los presuntos malos tratos que recibía de parte de algunos de sus compañeros, motivo por el que llegó a requerir ayuda psicológica. En la actualidad, según informaron fuentes de la investigación, el chico se encontraba bien integrado en su nuevo colegio, en el que sacaba buenas notas y no tenía problemas con otros alumnos.
La Ertzaintza mantiene abiertas diversas hipótesis, incluida la del suicidio inducido por malos tratos