ABC (Andalucía)

Solo una condena de 22 denuncias

∑La Audiencia Nacional no ve delito de enaltecimi­ento si no hay riesgo de que los actos de la izquierda abertzale propicien nuevos atentados de terror ∑Las víctimas pretenden que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre la humillació­n, la otra modalidad del

- LUIS P. ARECHEDERR­A

Tras cruzar un pasillo de gente sonriente, recibió un ramo de flores y pasó al Ayuntamien­to de Lekeitio, donde le habían reservado el sillón del alcalde. El protagonis­ta –al que aplaudían a su paso, el 16 de septiembre de 2017– era el etarra Antonio Gabiola, antiguo miembro del sanguinari­o comando Madrid. Fue condenado por participar en el secuestro del empresario Emiliano Revilla en 1988, entro otros crímenes. Llevaba una semana libre.

Las víctimas del terrorismo –la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) y Dignidad y Justicia– llevan años denunciand­o los recibimien­tos a los presos etarras liberados. La izquierda abertzale acostumbra a agasajarle­s con flores, bailes y cánticos cuando llegan a sus pueblos después de cumplir sus penas de cárcel.

Ortega Lara

Los dos casos que han atraído la atención de los políticos este verano –los homenajes a José Javier Zabaleta y Xavier Ugarte (uno de los secuestrad­ores de Ortega Lara), en Hernani y Oñate, el 26 y el 27 de julio– son solo dos ejemplos más de una práctica habitual. La Audiencia Nacional ha ordenado identifica­r a los convocante­s.

Desde 2016, aun así, ningún homenaje de este estilo ha culminado en condena para los organizado­res de los actos, conocidos como «ongi etorris». Ni un solo caso ha llegado a juicio, la fase final si la investigac­ión aprecia indicios suficiente­s para llegar a ese puerto.

Covite –la asociación presidida por Consuelo Ordóñez– contabiliz­a 22 denuncias desde su colectivo en los últimos tres años. De todas ellas, nueve se han archivado de forma definitiva, dos se han cerrado provisiona­lmente pero tienen un recurso pendiente, y diez se encuentran en trámite. Covite solo registra una condena a cinco menores por un acto de enaltecimi­ento a ETA en un instituto de Hernani, en el conocido como «Día del Gudari» (soldado, en euskera, una alusión a los etarras).

La Audiencia Nacional apreció un delito de enaltecimi­ento y humillació­n en ese caso porque salieron al patio portando fotos de etarras fallecidos. Fueron condenados el año pasado a desarrolla­r tareas socio-educativas durante seis meses, reflexiona­ndo sobre las consecuenc­ias de sus acciones.

Nuevo criterio

Entre los etarras homenajead­os sin que nadie haya rendido cuentas está, por ejemplo, Andoni Ugalde, recibido en Bilbao el 28 de septiembre de 2017. El agasajado aquel día asesinó en 1994 con un coche bomba al guardia civil de 29 años Francisco Jiménez Pascual. Natural de Baracaldo, era padre de una niña.

Otros pistoleros recibidos con honores –y con una cruel hoja de servicios a sus espaldas– han sido Iñaki Igerategi e Ignacio Otaño, los soplones que recopilaro­n la informació­n para asesinar en 2003 a Joseba Pagazaurtu­ndúa, el que fuera jefe de la policía local de Andoain y militante socialista. En la misma Andoain, a escasos 150 metros del bar donde mataron a Joseba, Igerategi y Otaño fueron recibidos por una multitud el 19 de febrero de 2018, bajo una densa lluvia, que no impidió que se bailara un «aurresku», una danza reverencia­l vasca.

Las investigac­iones suelen recorrer un camino similar hasta que se cierran. Los jueces de la Audiencia Nacional aplican un criterio derivado de la reforma de la ley penal de 2015, basándose en la jurisprude­ncia del Tribunal Supremo y del Tribunal Constituci­onal, que beben a su vez de una directiva Condenado por participar en los asesinatos de Jesús Velasco y Eugenio Lázaro en 1980, el etarra López Abechuco fue recibido en Vitoria el año pasado entre aplausos. Recibió una botella de cava.

Once causas que han investigad­o actos para ensalzar etarras ya están archivadas

Seis menores de Hernani fueron condenados a tareas educativas por portar fotos de etarras

Cava y flores por su historial asesino

de la Unión Europea. Esta interpreta­ción establece que, para que haya delito de enaltecimi­ento del terrorismo, el acto debe generar un riesgo de que puedan cometerse actos terrorista­s. Una condición imposible ahora mismo, desde que desapareci­ó ETA.

El artículo 578 del Código Penal también castiga el delito de humillació­n a las víctimas, una acción que no exige dicho riesgo. Ese tipo castiga las acciones de descrédito o menospreci­o a las víctimas, siempre que se demuestre la intención del autor. Ese ánimo suele ser el escollo, sobre todo si se exige con carácter específico, explica la abogada de la AVT Carmen Ladrón de Guevera, veterana en estas lides.

Así, los jueces tampoco están castigando los homenajes por esta vía, ante la perplejida­d de las víctimas, que ven clara la humillació­n, incluso aunque hubiese otra finalidad en el origen. Ordóñez pide a los jueces que recuperen

Los soplones de Pagazaurtu­ndúa

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Los dos etarras que aportaron la informació­n para asesinar en 2003 a Joseba Pagazaurtu­ndúa fueron recibidos con honores en Andoain.

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