Colau, «enemiga» de los manteros
todia de juzgados (por orden judicial desde el pasado febrero), los puntos fijos de vigilancia y el operativo habitual en las Ramblas, por ejemplo, ocupan todas las unidades disponibles. En otros distritos funcionan igual: la labor de los policías de paisanos queda aparcada porque no hay efectivos. «Al final muchos días trabajamos en cuadro, no damos abasto», reconoce el mosso.
La ampliación de plantillas tampoco paliaría los problemas actuales, según los sindicatos. «Los 320 mossos que promete la Generalitat llegarán en octubre, y de otras regiones que quedarán cojas», argumenta Imma Viudes, portavoz del sindicato SAP-Fepol de Mossos. «Estamos pagando la falta de la falta de inversión de los últimos años. Y lo peor es que todavía no estamos frenando la inseguridad…», avisa.
Colau, con su nuevo tono, también ha anunciado nuevos 1.000 urbanos en cuatro años, pero para entonces pueden haberse jubilado 300, dicen los sindicatos. «Lo peor que le puede pasar a esta ciudad es que esta situación se normalice» lamenta Eugenio Zambrano, representante de CSIF en la Urbana. Con todo, valora positivamente la llegada de Albert Batlle (PSC) al frente del área de Seguridad en Barcelona porque «existe un apoyo que con Colau no teníamos». El portavoz lo ve como un «balón de oxígeno» pero exige «menos intenciones y más dispositivos integrales». El aumento de policía El conflicto con los manteros, que la Generalitat vincula abiertamente con la creciente inseguridad en Barcelona, merece mención aparte. Ayuntamiento y Generalitat, junto con la Policía Portuaria, llevan justo dos semanas con un dispositivo de saturación con un centenar de agentes en la zona en la que habitualmente el colectivo tendía sus mantas, en la Barceloneta. El concejal de seguridad, Albert Batlle, está liderando esta ofensiva por parte municipal y la alcaldesa, que en el mandato anterior impulsó una cooperativa mantera, ha esquivado la cuestión. Los manteros, que se manifestaron contra la persecución policial, señalan a Colau por la «traición» a sus discuros sociales y votantes y la ven como la «única responsable» del operativo policial en la capital catalana.