ABC (Andalucía)

El fin de los peajes de las autopistas amenaza 1.500 puestos de trabajo

∑Los sindicatos denuncian que el Gobierno solo pretende subrogar a los trabajador­es que actualment­e se dedican al mantenimie­nto de estas vías

- GUILLERMO GINÉS

Atrapados. Así reconocen sentirse los trabajador­es de las autopistas de peaje cuyo vencimient­o está próximo. La decisión del Gobierno de no renovar la concesión de estas infraestru­cturas y pasar a gestionarl­as desde el Estado ha dejado en el aire mil puestos de trabajo directos y otros quinientos indirectos, según los cálculos de los sindicatos. El Ejecutivo pretende que parte de este personal se encargue del mantenimie­nto de las vías, pero también reconoce que el cambio provocará la pérdida de muchos empleos.

El mensaje ha llegado hasta las organizaci­ones de trabajador­es, que han visto cómo en los últimos meses se producían los primeros despidos por el fin de los peajes. Y es que la liberaliza­ción de la AP-1 entre Burgos y Armiñón, producida el pasado mes de noviembre, provocó que Itínere –la compañía que gestionaba esta infraestru­ctura– presentara un expediente de regulación de empleo (ERE) para 111 trabajador­es. Finalmente fueron 43 los empleados despedidos.

Es el preludio de lo que se avecina. A finales de diciembre vencerán las concesione­s de la AP-7 en el tramo entre Alicante y Tarragona y de la AP4 entre Sevilla y Cádiz. «Calculamos que habrán otros 170 despidos por el fin de los peajes en estas dos autopistas», explican fuentes sindicales. Además, en agosto de 2021 le tocará el turno al tramo de la AP-2 entre Zaragoza y el Mediterrán­eo y los tramos de la AP-7 Tarragona-La Jonquera y Montmeló-El Papiol.

Ante esta perspectiv­a, las organizaci­ones de trabajador­es han mantenido varias reuniones con el Gobierno durante las últimas semanas. En ellas, los sindicatos han reclamado que el Ejecutivo confiera «máxima prioridad» al proceso de liberaliza­ción de estas infraestru­cturas para que, al menos, el licitación del mantenimie­nto

de la AP-4 y la AP-7 se realice de forma «ágil y correcta».

La adjudicaci­ón de estos contratos supone un mal menor para estos trabajador­es, ya que si bien no permite salvar todos los puestos de trabajo de estas autopistas, al menos asegura decenas de empleos. Según los cálculos de la patronal de las grandes constructo­ras y concesiona­rias, Seopan, el coste anual en mantenimie­nto de estas carrretera­s se sitúa entre los 400 y los 450 millones de euros.

Improvisac­ión

Pero ni siquiera este proceso está siendo sencillo. En el caso de la AP-1, el Ministerio de Fomento tuvo que recurrir a un contrato de emergencia para que la Itínere continuara realizando las tareas de mantenimie­nto una vez terminada la concesión. El concurso del mantenimie­nto de esta autopista no llegó hasta meses más tarde, ya en primavera, pese a que el contrato provisiona­l con Itínere finalizaba en julio. Y cuando se publicó, la ACEX (la Asociación de Empresas de Conservaci­ón y Explotació­n de Infraestru­cturas) impugnó el pliego por no reconocer de forma correcta el presupuest­o y los costes laborales del contrato. Como consecuenc­ia, la adjudicaci­ón se ha paralizado e Itínere sigue realizando todavía las labores de mantenimie­nto. Para evitar que el caos se repita, el Gobierno aprobó, en el Consejo de Ministros del pasado 2 de agosto, la licitación del mantenimie­nto de la AP-7 y la AP-4 por 153 millones de euros. Los siguientes pasos serán reunirse con la compañía damnificad­a, en este caso Abertis, para calcular cuántos trabajador­es se subrogarán definitiva­mente. No obstante, fuentes sindicales advierten de que «con las vacaciones de verano y el parón político de por medio, la aprobación de este contrato va a ir muy justa». Estas organizaci­ones, de hecho, no descartan que el Ejecutivo tenga que recurrir a un nuevo contrato de emergencia.

Y es que la improvisac­ión está marcando la liberaliza­ción de las autopistas de peaje, pese a que la opción de El tráfico en estas vías está creciendo con fuerza. Según las cifras provisiona­les del mes de junio publicadas por el Ministerio de Fomento, por estas carreteras pasan cada día un total de 71.284 automóvile­s.

La apertura de la autopista entre Burgos y Armiñón ya ha provocado un ERE en Europistas

64%

Contando con la AP-1 BurgosArmi­ñón, que se liberalizó en 2018, y con los tramos de la AP-7 y de la AP-2 que se abrirán en 2021, el Estado eliminará los peajes de mil kilómetros de autopistas, el 62% del total.

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Con el fin de la concesión de la AP-7 y la AP-4 a finales de este año casi 500 kilómetros de peaje pasarán a ser gratuitos Seopan, la patronal de las grandes constructo­ras y concesiona­rias, calcula que el Estado tendrá que invertir entre 400 y 450 millones de euros en el mantenimie­nto de las carreteras de peaje que pasará a gestionar de aquí a 2021.

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