Machismo en la música Entre la censura de letras ofensivas o la libertad de expresión
El veto a C. Tangana vuelve a poner sobre la mesa el conflicto sobre la ética y moral del pop
Las canciones pop no han cambiado en esencia desde hace más de medio siglo, pero sí lo ha hecho nuestra reacción a sus letras. Nadie se escandalizó porque Siniestro Total gritasen «hoy voy a asesinarte nena, te quiero pero no aguanto más, hoy voy a asesinarte nena, no me volverás a engañar». No hubo controversia cuando Burning cantaron «de rodillas ante mí, es como te gusta a ti, de rodillas, por detrás, es como te gusta más», ni cuando Los Ronaldos rockearon al ritmo del estribillo «tendría que besarte, desnudarte, pegarte y luego violarte hasta que digas sí». Tampoco hubo olas de indignación cuando Loquillo dijo aquello de «que no la encuentre jamás o sé que «Dracukeo»
«La caliento, soy un radiador. Si no tienes los dieciocho, eso es cárcel (no, no, no). Si se viene tu amiga no hay problem, tiene hueco. Si ayer cumpliste los dieciocho, tienes premio». la mataré, por favor sólo quiero matarla»», o cuando Seguridad Social nos hicieron bailar con «eres una estúpida, te voy a pegar».
Desde hace un tiempo, más o menos desde la consolidación de las redes sociales, y especialmente desde el surgimiento del «MeToo» y de la terrible proliferación de las violaciones grupales, un verso salido de tono puede condenar a un artista casi más que sus propias acciones. Esta misma semana, uno de los raperos más importantes de España, Lírico (de los Violadores del Verso), ha ingresado en prisión por una supuesta agresión a una joven de 27 años. Pero el foco mediático no se cierne sobre él, sino sobre otro rapero que ha cometido el «delito» de incluir personajes sexistas en las historias que cuenta con sus canciones.
Veto de Podemos y Bildu
Las acusaciones de machismo ya habían salpicado de polémica la carrera del madrileño C. Tangana, pero el pasado viernes saltaron al primer plano de la actualidad veraniega al ser vetado por el Ayuntamiento de Bilbao para actuar en la Semana Grande, debido a que «sus letras fomentan la violación», como argumentan Podemos y Eh-Bildu.
Lo mismo les pasó a dos de los máximos representantes de la escena trap nacional, Kidd Keo y Kaydy Cain, en las fiestas de Alcalá de Henares del año pasado. Igual que en el caso de Tangana, sus actuaciones ya estaban contratadas, programadas y anunciadas en el festival The Urban Wall, cuando de pronto fueron canceladas de por el Ayuntamiento de la localidad con el mismo argumento (después también se le vetó en Móstoles). La escena «urbana», con el reguetón y el trap a la cabeza, es la que lo ha puesto todo patas arriba. El éxito arrollador de grupos como los ya desaparecidos Pxxr Gvng, que consiguieron convertirse en banda de cabecera de miles de jóvenes con versos que, además de malsonantes dan por
El reguetón y el trap son los que lo han puesto todo patas arriba
«Sin ti no soy nada»
«Los días que pasan. Las luces del alba.
Mi alma, mi cuerpo, mi voz, no sirven de nada. Porque yo sin ti no soy nada. Sin ti no soy nada»