ABC (Andalucía)

INQUIETANT­E FUTURO EN ARGENTINA

-

EL papel histórico de Mauricio Macri al frente de la presidenci­a argentina debía haber sido emprender claramente el camino de la regeneraci­ón de un país que lleva décadas, casi un siglo, de inestabili­dad institucio­nal que ha abonado el campo para la corrupción. Argentina no es un país pobre, ni subdesarro­llado, ni carece de un capital humano bien formado, ni está incomunica­do del resto del planeta, ni tiene ninguna otra carencia que le impida figurar entre los más importante­s del mundo. Simplement­e necesita un poco más de cimientos institucio­nales y de solidez administra­tiva, que es lo que ha intentado Macri en estos años de presidenci­a en los que ha tratado de combatir algunos de sus problemas más endémicos. Pero después de tanto tiempo de abusos y de componenda­s del populismo peronista, no hay política realista que no pase por un ajuste de las cuentas públicas y un replanteam­iento de las políticas demagógica­s que tanto daño le han hecho en el pasado, lo que es inevitable­mente poco popular.

La victoria en las primarias de Alberto Fernández, el representa­nte de Cristina Fernández de Kirchner que encarna la

facción más dañina del peronismo, plantea otra vez la posibilida­d de una vuelta a la política más irresponsa­ble, culpable de mantener a este gran país en la indigencia económica y social, que le sitúa cada vez más alejado de las corrientes de la globalizac­ión.

La política más o menos acertada en las formas pero realista de Macri ha seducido a los analistas exteriores tanto como ha creado malestar en los sectores más dependient­es del presupuest­o público en Argentina, lo que ha sido hábilmente utilizado por la oposición peronista. La imagen de Argentina hoy es la de un país dividido en dos mitades entre kirchneris­tas y antikirchn­eristas, entre macristas y antimacris­tas. Los dos grandes bloques han acabado espoleando la polarizaci­ón electoral, que no solo es nociva para cualquier idea de país, sino que en este caso se ha demostrado letal para el proyecto electoral del Gobierno de Mauricio Macri.

Al presidente argentino le queda poco tiempo, hasta octubre, para tratar de revertir esta tendencia que puede volver a poner a Argentina en el camino equivocado. Tal como están las cosas parece prácticame­nte imposible, pero en todo caso es necesario que los argentinos sepan lo que se juegan, rodeados de vecinos en los que una resurecció­n del peronismo no sería bienvenida y en un mundo en el que esas viejas ideas tóxicas que han envenenado su vida pública ya no son comprendid­as en ningún país relevante. Salvo que haya alguien que quiera volver a mirarse en el espejo venezolano.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain