El viento reaviva el
«Una noche muy dura», en palabras del presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, cuando daba cuenta de la situación en la que se encuentra el incendio que devora desde el pasado sábado parte de la isla de Gran Canaria. Reavivado por el viento, que sopla en rachas de más de 70 kilómetros por hora, el fuego sigue sin estar controlado. Más de 600 efectivos siguen luchando contra el reloj para que cuando llegue la ola de calor que se espera para los próximos días el incendio esté por lo menos perimetrado. Pero el viento sigue sin ponerlo fácil.
Ya son más de 1.500 las hectáreas calcinadas en la cumbre de la isla desde que un acto irresponsable de un vecino de Gáldar provocara el undécimo gran incendio forestal en lo que va de año en España. Sin dar por finalizada la temporada, la cifra de terreno quemado asciende a 56.500 hectáreas, cuatro veces más que en el año 2018, cuando ardieron 12.955 hectáreas. Nos ponemos así a la cabeza del ranking de países del Mediterráneo con más incendios forestales, solo por detrás de Portugal. Dramático palmarés. Vista aérea ayer del frente de más de veinte kilómetros que sigue activo en la cumbre de la isla de Gran Canaria