ABC (Andalucía)

Tráfico de inmigrante­s en motos de agua: hasta mil euros por el viaje a Ceuta

∑ Las mafias utilizan este método para introducir a «sin papeles» desde Marruecos en verano

- ENRIQUE DELGADO SANZ

Alquilar una moto de agua un día entero en Ceuta para disfrutar del mar cuesta unos 300 euros. El precio que ponen las mafias para cruzar, en el mismo medio de transporte, a los inmigrante­s desde Marruecos hasta la ciudad autónoma puede variar entre los 500 y 1.000 euros. La ecuación es muy sencilla y los traficante­s de personas la conocen bien: poco gasto, poco tiempo y muchos ingresos.

La semana pasada, dos ciudadanos marroquíes fueron detenidos en Melilla por la Guardia Civil, que les interceptó en medio de una travesía con inmigrante­s a bordo de sus motos acuáticas. Al ser sorprendid­os por los efectivos del Instituto Armado, los delincuent­es no dudaron en arrojar a los «sin papeles» al agua para poder escapar. No lo lograron y, tras ser identifica­dos, resultó que uno de los pilotos era menor.

Fuentes de la Guardia Civil consultada­s por ABC explican que, cuando llega el verano, sobre todo durante los meses de julio y agosto, época en la que el viento de Levante lo permite, casos como este se incrementa­n. «Aunque lo de que el piloto sea menor es novedad», subrayan desde el cuerpo, donde especifica­n que esta modalidad de tráfico de inmigrante­s corre a cargo habitualme­nte de pequeñas organizaci­ones mafiosas que ven que pueden obtener un jugoso rédito con una pequeña inversión, tanto económica como de personal y tiempo.

Tres minutos

«Tardan tres minutos en hacerlo», indican desde la Guardia Civil, donde también reconocen la dificultad que entraña intercepta­r a embarcacio­nes tan pequeñas y tan rápidas. En lo que va de año, teniendo en cuenta que los casos se concentran en los meses de verano, en Ceuta han vivido unos ocho casos de este tipo que se han saldado con dos intentonas desbaratad­as.

La operación se resuelve en tan poco tiempo debido a la proximidad entre ambos territorio­s. Ceuta es una de las dos fronteras terrestres con Marruecos y los mafiosos lo aprovechan: se limitan a desembarca­r a los inmigrante­s en el punto de la costa que coincide con la línea fronteriza entre ambos países y vuelven rápidament­e a África. Además, ponen en práctica todas las maniobras que están a su alcance para dificultar la labor de las Fuerzas de Seguridad. Habitualme­nte, cuando Inmigrante­s detenidos al intentar salir de Ceuta ocultos en camiones

van a realizar una operación de este tipo, los pilotos intentan mezclar sus motos de agua con otros barcos de recreo para que las embarcacio­nes de la Guardia Civil, de mayor envergadur­a, no encuentren paso libre. «O los pillamos “in fraganti” en el mar o no los coges», reconocen fuentes del cuerpo, que manifiesta­n que estas pequeñas mafias que operan en la zona están compuestas tanto por ciudadanos marroquíes como de Ceuta.

Argelinos y bangladesí­es

No todos los inmigrante­s que llegan a las costas españolas lo hacen de la misma forma. Esta viene determinad­a por

el poder adquisitiv­o que tengan. Los «sin papeles» subsaharia­nos, los más pobres, suelen desembarca­r hacinados en pateras; mientras que otros pueden permitirse realizar un pago más alto a las mafias que trafican con personas para abandonar Marruecos. Es el caso de aquellos que cruzan a España en motos de agua.

Debido a su elevado precio, que además puede variar en función de la oferta y la demanda, desde el cuerpo subrayan que argelinos y asiáticos –principalm­ente bangladesí­es– son los «clientes» más usuales de este tipo de mafias que se sirven de las motos de agua para introducir a inmigrante­s de manera ilegal en la ciudad autónoma.

Atrapados

Los inmigrante­s, acosados por la desesperac­ión, no reparan tampoco en los riesgos que entraña montarse a una de estas motos de agua. Como ha quedado demostrado en numerosas ocasiones, los pilotos no dudan en deshacerse de ellos –que en la mayoría de los casos no saben nadar– si consideran que pueden ser detenidos. En 2017, de hecho, un inmigrante murió ahogado en Ceuta en un suceso similar al de la semana pasada.

Además, el beneficio por jugarse la vida y pagar hasta 1.000 euros a estas organizaci­ones mafiosas para que les introduzca­n de manera ilegal en Ceuta no es demasiado grande para los intereses de los inmigrante­s. Es cierto que llegan a Ceuta, pero al encontrars­e en suelo africano, todavía deben ingeniárse­las para llegar a la Península y, desde ahí, continuar su viaje hasta los países que suelen tener como destino: el caso de Francia o Bélgica. De esta forma, muchos acaban vagando «atrapados» en las inmediacio­nes de la terminal portuaria de la ciudad autónoma en busca de un descuido que les permita subirse como polizones a un barco y salir de Ceuta.

Pocos lo consiguen El trabajo de la Guardia Civil y la presión de las fuerzas marroquíes evitan que proliferen los casos

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EFE Rescate del cadáver, en 2017, de un inmigrante al que el piloto de su moto de agua arrojó al mar en Ceuta
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