Ecologistas muy contaminantes
Arrecian las críticas contra los adinerados participantes en el último Google Camp
Una cosa es predicar y otra dar trigo. Este dicho del rico refranero español se le podía haber aplicado a los grandes personajes que la pasada semana se citaron en Selinunte (Sicilia) en una cumbre «verde» para hablar de la urgencia de combatir el cambio climático, aunque sin reparar en gastos energéticos: llegaron en grandes yates, aviones privados, helicópteros y limusinas que contaminaron el maravilloso panorama de la costa de Selinunte, la ciudad griega que hoy constituye el parque arqueológico más grande de Europa. Y arrecian las críticas por la hipocresía desplegada en la séptima reunión anual del Google Camp, la tradicional cumbre de Larry Page y Sergey Brin, fundadores del coloso tecnólógico, con un coste de 18 millones de euros, y que tuvo lugar con la asistencia de ricos, famosos y expertos en tecnología, entretenimiento y política, entre ellos Barak Obama, Mark Zuckerberg, Harry, en el punto de mira de los críticos Christine Lagarge, Jeff Bezos, el chef Massimo Botura, Diane von Furstenberg o los hermanos Elkann, John y Lapo. Tampoco faltaron actores como George Clooney, Leonardo Di Caprio, Bradley Cooper Orlando Bloom, acompañado por Katy Perry. La cantante Rosalía deleitó a los asistentes a la cumbre después de una cena con más de 200 invitados, que se desarrolló en el exclusivo Verdura Resort –los precios por noche parten de los 800 euros–, próximo al Parque Arqueológico de Selinunte, patrimonio mundial de la UNESCO.
El tema principal del encuentro era el clima y cómo luchar contra el calentamiento global. Pero hubo muchos ecologistas de palabra y contaminadores en los hechos. A quien más están atizando los medios es al quien pronunció un apasionado discurso sobre cómo salvar el planeta. Al parecer, el hijo de Carlos de Inglaterra ha sido huésped en el yate Eos. Propiedad del magnate de la comunicación Barry Diller y valorado en casi 200 millones de euros, es uno de los veleros privados más grandes del mundo, con dos motores diésel de 2.300 caballos. Según el «Daily Mail», citando fuentes de expertos, el Eos produce alrededor de 3,3 toneladas de dañino dióxido de carbono cada hora en el mar, al quemar alrededor de 750 litros de combustible.
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