La ONU critica los gases lacrimógenos de la Policía y pide «contención»
normas y estándares internacionales». En concreto, se refirió al lanzamiento de «gases lacrimógenos en zonas cerradas y abarrotadas y directamente sobre las personas en múltiples ocasiones, creando un considerable riesgo de muerte o heridas graves». Además condenó cualquier forma de violencia.