EE.UU. da una tregua a Pekín y aplaza la mayoría de aranceles
∑ El Gobierno chino confirma una vuelta a las negociaciones en dos semanas
Donald Trump y Xi Jinping, en el G-20 de Osaka Casa Blanca demorará hasta al menos el 15 de diciembre la entrada en vigor de aranceles sobre importaciones chinas de las que dependen las grandes empresas norteamericanas, lo que provocó ayer un alza de las bolsas, en especial del índice empresarial Dow Jones. Según el departamento de política comercial del gobierno de Estados Unidos, una parte de los impuestos del 10% sobre algunos productos chinos entrará en vigor el 1 de septiembre, pero muchos otros como teléfonos, ordenadores, pantallas, juguetes, ropa y zapatos tendrán una prórroga de al menos cuatro meses.
Donald Trump dijo ayer que la decisión de demorar los aranceles obedece a la campaña de compras de Navidad. «Hemos decidido aplazar los aranceles para que no haya problemas en la temporada de compras navideñas», dijo el presidente en una conversación con la prensa de camino a un acto de campaña en Pensilvania. «Solo por si los aranceles pudieran tener un efecto antes de Navidad. Pero como precaución, porque de momento los aranceles no han tenido ningún efecto sobre los precios», añadió. En la lista de productos que quedaran exentos de los aranceles hasta diciembre se encuentran de hecho todo tipo de decoraciones navideñas.
El presidente, que se encuentra pasando unos días de vacaciones en su campo de golf en Nueva Jersey, acusó también a China de devaluar su moneda, el yuan, para facilitar las exportaciones y de inyectar fondos públicos en su economía para dinamizarla. Por esas circunstancias, Trump mantiene que los aranceles son «un regalo de China a EE.UU.».
Según los economistas, esos aranceles, sin embargo, no los paga Pekín, sino las empresas norteamericanas que compran productos baratos a China, por lo que estas llevan meses alertando de que la guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo puede traducirse en un alza de precios en EE.UU., afectando a la inflación. Desde que el año pasado Trump impusiera aranceles del 25% a bienes chinos por valor de 250.000 millones de dólares –225.000 millones de euros– las mayores empresas norteamericanas, que dependen de la compra de productos y componentes baratos en el extranjero, han presionado al gobierno para que suaviLa ce su agresiva política comercial. Sobre todo, después de que el presidente anunciara otra ronda de impuestos del 10% sobre importaciones adicionales por valor de 300.000 millones. Los inversores reaccionaron ayer con optimismo, elevando la cotización bursátil de grandes compañías como Apple, Best Buy o Macy’s.
El Gobierno chino confirmó ayer que ha estado negociando con la Casa Blanca por teléfono, y que prevé reanudar la ronda de contactos para anular los aranceles en dos semanas. Hasta ahora, esos contactos, incluido un encuentro entre Trump y el dirigente chino Xi Jinping mantenido durante el G-20 en junio, han resultado ser un fracaso.
Los productos chinos que sí se verán afectados por la subida de impuestos de un 10% en septiembre incluyen alimentos, guantes, abrigos y trajes, entre otros. En un mensaje en Twitter, Trump advirtió de que si quiere revertir la política de aranceles, debe asegurarse de que sus empresas compran más productos fabricados en EE.UU. «Como siempre, China dice que quiere comprar más a nuestros agricultores y ganaderos, pero hasta ahora no han cumplido esas promesas. Espero que esta vez sea diferente», escribió el presidente en la red social
Teléfonos móviles, ordenadores portátiles y consolas de videojuegos
Los inversores reaccionaron elevando la cotización bursátil de las grandes compañías