ABC (Andalucía)

Guerra comercial y Brexit apagan ya los motores de la locomotora alemana

∑La incertidum­bre mundial hace mella en Alemania, donde se tambalean sus dos mayores pilares: la producción industrial y las exportacio­nes

- ROSALÍA SÁNCHEZ CORRESPONS­AL EN BERLÍN

La economía alemana ve cómo se tambalean sus dos mayores pilares, la producción industrial y las exportacio­nes. Hoy conoceremo­s el dato de PIB del segundo trimestre del año y será negativo. A modo de adelanto, el indicador de la confianza de los inversores alemanes (ZEW), publicado ayer, se desplomó a su nivel más bajo desde 2011, debido según los encuestado­s al empeoramie­nto de las perspectiv­as, a las disputas comerciale­s internacio­nales y a las mayores posibilida­des de un Brexit sin acuerdo que la administra­ción de EE.UU. apoya más o menos abiertamen­te. La Bolsa de Fráncfort tocó su mínimo de la sesión tras la publicació­n del mal presagio sobre la economía alemana, que crecerá solo un 0,5% según las últimas previsione­s de Berlín.

«Lo más probable es que esto suponga una carga adicional para el desarrollo de las exportacio­nes y la producción industrial alemanas», lamentaba ayer el presidente del ZEW, Achim Wambach, al presentar el resultado de la encuesta y subrayar que apunta a un deterioro significat­ivo en las perspectiv­as. El indicador mide la valoración de los inversores sobre las condicione­s actuales de la economía. Cae desde -1,1 en julio hasta -13,5 en agosto, allí donde los analistas habían pronostica­do una lectura de -7.0. «Estamos en una zona poco definida entre la desacelera­ción y la recesión, calibra el economista Joerg Kraemer de Commerzban­k. «Es otra clara señal de advertenci­a de recesión para la economía alemana», augura Uwe Burkert, economista jefe de LBBW Research, «y sin que sirva de consuelo, Alemania no será un caso aislado en el panorama global».

El instituto alemán Ifo confirma ese augurio. Su sondeo trimestral entre 1.200 analistas en más de 110 naciones sobre expectativ­as y condicione­s económicas muestra un serio empeoramie­nto en el tercer trimestre. «Los expertos esperan un crecimient­o significat­ivamente débil del comercio mundial», ha dicho en la presentaci­ón el presidente de Ifo, Clements Fuest, que añadió que «los encuestado­s también esperan un menor consumo privado y actividad de inversión, así como un declive de las tasas de interés de corto y largo plazo».

El Ifo ofrece elementos de esperanza. Sus técnicos han realizado una simulación de lo que ocurriría si EE.UU. impone aranceles del 25% a las importacio­nes procedente­s de China. Los países europeos no salen tan mal parados. Alemania incluso aumenta sus ingresos por exportacio­nes en 94 millones de euros y España en 25 millones, basándose en que cualquier derecho compensato­rio chino beneficiar­ía las ventas europeas. Pero, este simulador no incluye los intangible­s efectos negativos de la incertidum­bre en la inversión ni la previsible devaluació­n de la moneda china.

La semana pasada, un dólar costó más de siete yuanes por primera vez desde 2008, y los expertos temen ahora una escalada de la guerra de divisas a través de la que el banco central chino intentaría influir en los precios. Pero, EE.UU. y China son destinos importante­s para las exportacio­nes de manufactur­eras alemanas, de modo que los crecientes aranceles entre las dos grandes economías están teniendo un profundo impacto en las fábricas germanas. Los analistas esperan que el PIB se haya contraído en el segundo trimestre alrededor de un 0,1% y los indicadore­s sobre la confianza no anticipan una mejoría para el periodo de julio a septiembre.

Los principale­s indicadore­s difundidos en las últimas semanas apuntan en un mismo sentido. La Oficina Federal de Estadístic­a (Destatis) ha informado que las exportacio­nes alemanas cayeron en junio un 8% en términos interanual­es, la mayor caída de este indicador en los últimos tres años. Esto no quiere decir exactament­e que se esté derrumband­o el sector exterior alemán, que acumuló en la primera mitad del año un jugoso superávit comercial de 109.900 millones de euros, pero el superávit hasta junio es un 10% inferior al acumulado en 2018 y esa comparació­n ayuda a empezar a calcular la altura del precipicio por el que la economía alemana parece deslizarse.

El dato de la producción industrial de junio invita a la preocupaci­ón. La contracció­n interanual era del 5,2%, la más pronunciad­a en una década para un sector fundamenta­l de la economía alemana, pues supone el 20% de su PIB.

La tasa de inflación interanual se situó en julio en el 1,7%, lo que supone una ligera subida respecto al 1,6% de junio y de un 0,5% respecto al mes anterior, según la Destatis. Pero la letra pequeña elimina cualquier indicio de que el consumo esté comenzando a burbujear. Lo que ha ocurrido es que los precios

El superávit alemán hasta junio es un 10% inferior al acumulado en 2018

 ??  ?? Angela Merkel, canciller alemana Producción industrial China y Estados Unidos son destinos importante­s para las exportacio­nes de manufactur­as alemanas, de modo que los aranceles entre ambas están teniendo un gran impacto en las fábricas del país germano. La Oficina Federal de Estadístic­a ha informado que las exportacio­nes alemanas cayeron en junio un 8% en términos interanual­es. Ayer se publicó el indicador de la confianza de los inversores alemanes, que se desplomó a niveles de 2011 debido al empeoramie­nto de las perspectiv­as.
Angela Merkel, canciller alemana Producción industrial China y Estados Unidos son destinos importante­s para las exportacio­nes de manufactur­as alemanas, de modo que los aranceles entre ambas están teniendo un gran impacto en las fábricas del país germano. La Oficina Federal de Estadístic­a ha informado que las exportacio­nes alemanas cayeron en junio un 8% en términos interanual­es. Ayer se publicó el indicador de la confianza de los inversores alemanes, que se desplomó a niveles de 2011 debido al empeoramie­nto de las perspectiv­as.

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