A la caza de aldeas y pazos en el rural gallego
Un grupo de inversores asiáticos visita desde hace quince días Galicia en busca de inmuebles
La fiebre por la compra de aldeas y pazos abandonados en el rural gallego ha llegado también a los inversores chinos. El gigante asiático ha encontrado en este sector una oportunidad de negocio para, a través de una inversión no excesivamente desmedida, poner en marcha iniciativas económicas de todo tipo, principalmente enfocadas hacia el turismo. Es una de las salidas que está encontrando esta parte de «la España vaciada», de la que Galicia es uno de sus principales exponentes.
«Era un cliente que hasta ahora pedía otras zonas, como Levante, Madrid o Andalucía, pero han descubierto Galicia y vienen a comprar». Elvira Fafián, de la inmobiliaria Aldeas Abandonadas Real State, lleva quince días «en ruta» con empresarios orientales, enseñándoles propiedades de su cartera, muchas con un común denominador: «Se fijan en estructuras que puedan remodelar a su manera para montar un negocio y explotarlo». Las visitas, confiesa, «están siendo muy positivas». Muchas acabarán en compra.
El listado de inmuebles que se oferta va desde las ya clásicas casitas rurales de piedra en estado semiruinoso y emplazamientos recónditos hasta «rectorales, iglesias o pazos», algunos a precios aparentemente desorbitados, llegando en ocasiones a los 3 millones de euros. «Estas oportunidades antes no existían en el mercado, pero ahora sí». Nadie se resigna ya a dejar morir una casa en mitad de ningún sitio, «la gente ha entendido que pueden rentabilizarla» sacándola al mercado. Y eso ha elevado considerablemente los precios, aunque en zonas «como Ferrol, Orense o Lugo» todavía la inflación es aceptable.
«Las gangas de 20.000 o 30.000 euros que había hace unos años ya han desaparecido», y por menos de 80.000 euros no se encuentra nada, «aunque esté en ruinas», asegura Fafián. «Tenemos más demanda que oferta en nuestra cartera», y lo dice una inmobiliaria Uso turístico Los chinos buscan inmuebles para hoteles o casa rural con más de 600 referencias solo en la comunidad gallega, muchas visibles con amplios reportajes fotográficos en su web, otras apenas referenciadas porque los vendedores exigen discreción. Uno de estos casos es el de un hotel ya reformado en pleno Camino de Santiago por el que solicitan 1,2 millones de euros «por el que se han interesado mucho».
Edificios con pasado
¿Y cómo es este inversor chino? «Son empresarios que vienen con dinero, que ya conocen España, en muchos casos incluso tienen negocios en nuestro país y con esa experiencia buscan nuevas oportunidades» en zonas alejadas de los entornos más urbanos. A diferencia de otro comprador extranjero, que sí ansía adquirir inmuebles con fines residenciales, los empresarios chinos «lo que quieren es montar una casita rural o un hotelito con encanto». «Piden playa, montaña, los alrededores de Santiago, municipios por donde pase el Camino, la comarca de la Ulloa (en el centro de Lugo)...», pero sobre todo «edificios con encanto, que tengan una historia, un pasado, una vivencia». «Les llama mucho la atención que puedan comprar un convento o un pazo con su escudo de armas en la fachada, porque en su país eso es impensable».
Galicia, asevera, «lleva mucho tiempo de moda» entre los inversores que se interesan