«Estoy cansado de las etiquetas “gay”, “bisexual” o “queer”»
El veterano actor rompe los estereotipos en una nueva entrega de la serie policiaca «Instinct»
Alan Cumming («The Good Wife», «Spy Kids», «Eyes Wide Shut») vuelve a dar vida al Dr. Dylan Reinhart, un exagente de la CIA que colabora con la policía de Nueva York en la resolución de asesinatos, en «Instinct». La serie, que estrenará próximamente su segunda temporada en Fox Life, regresa para mostrar los crímenes más truculentos. «Incluso hemos tenido que colarnos en un club de sexo», cuenta entre risas el actor. Reconoce no haber visto gran parte de las ficciones del género, tampoco ha seguido «Juego de Tronos», pero sí que sabe que su interpretación del Dr. Dylan Reinhart tiene un papel importante en la industria:
«Es el primer protagonista del colectivo LGTB de la cadena CBS», uno de los grandes canales en abierto. —Después de haber hecho grandes películas y obras clásicas de teatro, ¿cómo afronta una serie más ligera? —Son retos diferentes. No quiero faltar el respeto a nuestros guionistas, pero es verdad que el texto no es tan bueno como una obra de Shakespeare. Aquí no tienes ese reto, porque es un personaje totalmente nuevo que
«Cuando uno busca un cambio positivo, la clave es mostrar aquello que da tanto miedo sin estridencias»
puedes crear tú y el que nadie ha interpretado antes, aunque tiene sus propias dificultades.
—¿Por qué aceptó ser el protagonista de «Instinct»?
—Me gustaba la idea de la serie. Pero, sobre todo, porque por primera vez esta cadena (CBS) tiene una ficción con un personaje protagonista que es abiertamente gay. Por mi activismo social, me parecía importante representarlo teniendo una audiencia tan amplia. Son millones de estadounidenses los que están viendo en la pantalla a un hombre que está casado con una persona del mismo sexo y que tiene una relación muy sana. Además, vengo de «The Good Wife», ficción de esta misma casa.
—¿Cree que «Instinct» ha ayudado a romper con los estereotipos que los estadounidenses tienen del hombre gay?
—Absolutamente. Cuando uno busca un cambio positivo, la clave es mostrar aquello que tanto miedo les produce sin necesidad de gritos, estridencias o sensacionalismo. Cuando lo haces con amabilidad, el mensaje cala. Estoy muy aburrido de que en la ficción, la historia de cualquier personaje que pertenezca al colectivo LGTB se base en su sexualidad o su género.
—Hace unos años, explotaron movimientos de activismo contra el machismo, el racismo o la homofobia. ¿Cree que todo eso se ha apagado?
—Sí, vivimos tiempos muy complicados. Me cabrea mucho cuando dicen que todos esos movimientos son populistas. No solo en Estados Unidos, es así en todo el mundo. Creo que populismo es una palabra hasta demasiado buena, muy dulce para lo que está pasando. Lo que estamos viendo a mí me asusta. En EE.UU., Donald Trump habla de la posibilidad de un tercer mandato, algo que ni siquiera está contemplado en la Constitución. Parece un aviso claro de que puede haber una dictadura en un futuro no muy lejano. Los que votan a Trump, lo hacen basándose en un mensaje cargado de miedo. Miedo hacia los negros, hacia el colectivo LGTB. Miedo hacia «los diferentes». —¿Cómo se combate desde la esa lucha contra el miedo?
—La serie en sí tiene un mensaje muy claro y sin sensacionalismo, porque la relación de Dylan es sana. Esta ficción habla de un tío que fue espía, que resuelve crímenes y que... por cierto, también es gay. A mí me aburre mucho cuando me presentan, incluso antes que con mi nombre, con la etiqueta de «gay», «bisexual» o «queer», algo que no ocurre con los actores heterosexuales. Esto tiene que cambiar. Por tanto, esta serie es una metáfora sobre esa necesidad de eliminar el sensacionalismo a la hora de representar este tipo de relaciones. serie