El acuerdo pos-Brexit, el «menos malo» para salvar el tratado de paz irlandés
∑Los camiones podrán circular entre el Ulster y la república de Irlanda sin control fronterizo; la regulación se hará entre Gran Bretaña y su provincia
El 24 de diciembre, el primer ministro británico, Boris Johnson, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunciaron que el Reino Unido y la UE habían por fin alcanzado un acuerdo comercial. Tras meses de negociaciones que parecían no llegar a ninguna parte, los ciudadanos de ambos lados del Canal respiraron aliviados. Entre ellos, sobre todo, irlandeses y norirlandeses, cuya situación era una de las más complejas de resolver. Uno de los primeros en reaccionar a la noticia fue el primer ministro irlandés, Micheál Martin, quien dijo que el acuerdo supone un «resultado equilibrado» y expresó que la implementación del Protocolo sobre Irlanda del Norte «permite a las empresas comerciar sin problemas con Gran Bretaña y dentro del mercado único de la UE» y «evita el regreso de una frontera dura en la isla». «No existe un buen Brexit para Irlanda», dijo, pero «hemos trabajado duro para minimizar las consecuencias negativas. Creo que el acuerdo alcanzado hoy es la versión menos mala posible del Brexit, dadas las circunstancias actuales».
También la ministra principal de Irlanda del Norte, Arlene Foster, reaccionó diciendo que «un acuerdo comercial sensato entre el Reino Unido y la Unión Europea fue siempre el resultado más favorable para Irlanda del Norte» y prometió un examen exhaustivo de los detalles del acuerdo. «Este es el comienzo de una nueva era en la relación entre el Reino Unido y la UE y en Irlanda del Norte queremos aprovechar al máximo las oportunidades que brindan los nuevos acuerdos para nuestra economía local», aseveró la líder del Partido Unionista Democrático (DUP). Como parte del acuerdo, se implementarán protocolos especiales que según el secretario de Estado para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, «cumplen nuestros compromisos con Irlanda del Norte, asegurando que se preserven los vínculos económicos y sociales existentes con Gran Bretaña e Irlanda, al mismo tiempo que se protege el Acuerdo de Belfast y los logros del proceso de paz obtenidos con tanto esfuerzo».
Frontera invisible
El puzzle no es fácil de resolver. Preservar la paz en Irlanda del Norte sin permitirle al Reino Unido una puerta trasera al mercado único de la UE a través de la frontera terrestre era una prioridad. Irlanda es una isla dividida en dos países▶ Irlanda del Norte, que pertenece al Reino Unido, y la República de Irlanda, un país independiente que forma parte de la UE. Durante el sangriento conflicto norirlandés, que duró 30 años, se construyeron infraestructuras fronterizas que fueron eliminadas cuando en 1998 se firmó la paz. La frontera desde entonces es invisible y los ciudadanos de ambos países pueden cruzarla libremente, lo mismo que las mercancías. Una frontera dura entre ambos habría violado los acuerdos de paz y provocado un caos para la economía de ambas partes.
Londres y Bruselas llevaron a cabo una negociación para el caso concreto de la isla, que permitirá que gracias a las condiciones del llamado Protocolo Irlandés, incluido en el Acuerdo de Salida que entró en vigor en febrero, Irlanda del Norte siga cumpliendo muchas normas de la UE en cuanto al mercado único y la unión aduanera, lo que significa que los camiones podrán seguir cruzando la frontera invisible sin tener que ser inspeccionados.
Sin embargo, sí habrá una nueva frontera «reguladora» entre Irlanda del Norte y Gran Bretaña (Inglaterra, Escocia y Gales) y algunos productos deberán pasar por un puesto de control en los puertos marítimos, donde se controlará el papeleo y en algunos casos se realizarán inspecciones físicas, ya que la UE tiene reglas muy estrictas sobre lo que puede ingresar a su mercado, sobre todo en el caso de alimentos como carne, leche o pescado. Así, a partir del 1 de enero, algunos productos alimenticios que lleguen a Irlanda del Norte desde Gran Bretaña deberán ser controlados para asegurarse de que cumplen con las normas de la UE para que puedan pasar a la República de Irlanda. Sin embargo, para reducir cualquier interrupción, los supermercados recibirán un «período de gracia» inicial de tres meses para tener tiempo de adaptarse a los cambios y garantizar que se mantengan los suministros. Algunos productos cárnicos tendrán un período de gracia de seis meses.
Alimentos
La inspección de
carne, leche o pescado que viaje de Gran Bretaña al Ulster deberá
ser rigurosa