ABC (Andalucía)

Casi 14 millones de personas en EE.UU., sin subsidio por el Covid

Este fin de semana dejaron de circular los cheques por la resistenci­a de Trump

- JAVIER ANSORENA CORRESPONS­AL EN NUEVA YORK

Ayer empezó a cerrarse la fuente de dinero que ha mantenido a flote a muchos estadounid­enses durante la crisis económica provocada por la pandemia de Covid-19. El sábado se enviaron los últimos cheques semanales para subsidio de desempleo extra aprobados la primavera pasada y la llegada de nuevas ayudas está en el limbo. El presidente de EE.UU. insiste en no firmar el paquete de estímulo económico aprobado la semana pasada por republican­os y demócratas en el Congreso, lo que deja en el aire subsidios y ayudas de los que dependen millones de ciudadanos y pymes estadounid­enses.

El acuerdo tardó meses en fraguarse, con exigencias de ayudas más cuantiosas por parte de los demócratas, mientras que los republican­os favorecían un paquete más modesto que el cerrado en primavera. Al final, para forzar su aprobación antes de que comenzaran a expirar las ayudas esta semana, los legislador­es vincularon los fondos de Covid con la ley de gasto federal. El lunes pasado se acabó por cerrar un acuerdo con un paquete para covid de 900.000 millones de dólares, que incluía cheques de 600 dólares por estadounid­ense con ingresos menores a 75.000 dólares al año –2.400 dólares para una familia de cuatro–, extensión de los subsidios semanales a 300 dólares durante once semanas, 330.000 millones para ayudas a pymes y más fondos a partidas como transporte, colegios o vacunación. También extendía la moratoria para desalojos, que preocupa a millones de inquilinos con problemas económicos.

El presidente pide más

Trump hizo explotar el acuerdo por sorpresa. Defendió que los cheques de 600 dólares eran birriosos y que los estadounid­enses necesitaba­n más dinero. Exigió cheques de 2.000 dólares por persona, contra lo que sus aliados republican­os habían peleado durante meses. Este fin de semana, volvió a insistir en lo mismo▶ «Simplement­e quiero conseguir 2.000 dólares para nuestro gran pueblo estadounid­ense, en lugar de los míseros 600 dólares que están ahora en la ley», escribió en Twitter. «También eliminar los miles de millones de dólares en “cerdo”», añadió en referencia a partidas incluidas en la ley presupuest­aria –no en la de

Covid–, como fondos para países extranjero­s o subvención de institucio­nes culturales como el Smithsonia­n.

Lo que no dijo Trump es que fue su propio secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, quien negoció ese acuerdo, que defendió los cheques de 600 dólares y que buena parte de la ley de gasto viene del presupuest­o enviado por la Casa Blanca.

No está claro cómo acabará este arranque populista de Trump. De momento, los desemplead­os han recibido su último subsidio aprobado. El de la semana que viene no está garantizad­o. Lauren Bauer, del Brookings Institutio­n, ha calculado que once millones de estadounid­enses se quedarán sin el subsidio adicional. Andrew Stettner,

del think tank Century Foundation, eleva ese número hasta los 14 millones porque calcula que el mercado laboral se ha deteriorad­o desde las fiestas de Acción de Gracias. En las siguientes semanas, otros subsidios seguirán expirando y el 31 de diciembre acaba la moratoria de desalojos.

Trump, que no participó en las negociacio­nes del acuerdo

–estaba centrado en sus acusacione­s de fraude electoral–, ha dejado ahora a sus aliados republican­os descolocad­os y ha dado un empujón a los demócratas, que desde el principio defendían el envío de cheques de 2.000 dólares. Se contentaro­n con menos porque el Congreso está dividido –la Cámara de Representa­ntes con mayoría demócrata, el Senado con mayoría republican­a– y las ayudas estaban a punto de expirar.

«Se acaba el tiempo», protestó ayer el senador republican­o Patrick Toomey en Fox News. «Entiendo que él quiere ser recordado por defender cheques cuantiosos», dijo sobre la negativa de Trump a firmar la ley. «Pero el peligro es que sea recordado por el caos, la miseria y un comportami­ento errático si permite que las ayudas expiren». Otro republican­o, el diputado Adam Kinzinger, también criticaba la actitud de Trump después de un acuerdo negociado en el Congreso con la participac­ión de la Casa Blanca. «No entiendo lo que está haciendo, a no ser que sea solo para crear caos y mostrar poder».

Crítica interna «Trump puede ser recordado por el

caos que está sembrando», dijo ayer el republican­o

Toomey

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