Amós García Rojas Pte. Asociación de Vacunología
Amós García Rojas sintió ayer un nudo en la garganta al ver a Araceli Hidalgo, tiesa como una vela con sus 96 años a cuestas, llegar a su cita con la vacuna. La emoción se repitió después cuando le tocó el turno a los primeros ancianos en Canarias, donde vive y trabaja. Muñidor de la estrategia de vacunación y presidente de la Asociación Española de Vacunalogía, llevaba meses soñando con este día. Y, por fin, llegó, aunque aún contiene el aliento. «Estamos al principio del final, pero queda un gran camino hasta que alcancemos la inmunidad de rebaño. Debemos mantener las pautas de prevención», insiste en el mensaje más repetido desde la llegada de la vacuna de Pfizer.
—Hemos superado el primer día de la campaña más complicada de vacunación, ¿qué ha sido lo más difícil de la estrategia?
—Uff. Sería más fácil responder a qué es lo que ha sido más sencillo. Todo ha sido endiabladamente complicado. La logística de la vacuna, conseguir que el fármaco llegara antes de fin de año..., pero lo más difícil es convivir con la pandemia durante todo este tiempo. Comparado con el sufrimiento que está ocasionando el virus, todo es sencillo.
—¿Fue una decisión difícil elegir a quién proteger primero?
—No, la priorización fue relativamente fácil. Hubo bastante consenso. Todos teníamos claro que había que decidir en función de la vulnerabilidad de las personas y del riesgo que corrían. Los ancianos de las residencias son el colectivo más sensible y el que ha sufrido los embates más duros de esta pesadilla.
—La primera vacuna se debe distribuir a -70 grados. ¿Ha complicado mucho la estrategia?
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—Tiene la misma complejidad que la vacuna del ébola y en las zonas menos desarrolladas de África se está transportando sin problema. Así que no hagamos un problema de esto. Solo es un esfuerzo más.
—¿Por qué era tan importante conseguir la vacuna antes de que acabara el año?
—Era una cuestión emocional. Los profesionales
—Hoy la noticia es la vacunación. En breve, lo serán las reacciones adversas. ¿Sería mejor no hacerlos públicos para que no se magnifiquen? —Los efectos adversos comunicados hasta la fecha son asimilables a cualquier vacuna▶ dolor en el brazo, cansancio, algo de fiebre... Hay que ser conscientes de que puede haber reacciones más graves; estamos preparados. Y cuando ocurra habrá que ser extremadamente transparentes para no perder credibilidad.