Alarma en China por los rebrotes del virus pese a los controles
Tras detectarse medio centenar de casos en la provincia de Liaoning y Pekín, se refuerzan las restricciones
El director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyes, recordó ayer que los avances sanitarios resultarán insuficientes si no hay cambios respecto al calentamiento global.
Ni siquiera China, que tenía controlado el coronavirus, se libra de los rebrotes en invierno. Rompiendo la normalidad que se respiraba desde el verano, nuevos contagios de transmisión local han devuelto la alarma a Pekín y a la provincia nororiental de Liaoning. Mientras en Pekín se han detectado 13 casos en los últimos diez días, en Liaoning son ya 34 enfermos confirmados y 29 asintomáticos, repartidos entre la ciudad portuaria de Dalian y su capital, Shenyang.
Aunque oficialmente no son muchos, las autoridades han vuelto a actuar con contundencia, haciendo pruebas masivas, confinando urbanizaciones e imponiendo restricciones. Mientras en Dalian se le ha hecho el test del ácido nucleico a cinco millones de personas desde mediados de mes, en dos distritos de Pekín se han efectuado más de un millón de pruebas y se ha declarado el estado de emergencia «en tiempo de guerra», reforzando los controles y limitando los movimientos. Unas medidas tan drásticas que hacen dudar de las cifras oficiales y sospechar que sean mayores.
«Ha habido muchos brotes esporádicos. La situación de control de la epidemia es complicada. Todos los distritos, las agencias y unidades deben entrar en un estado de respuesta de emergencia y luchar con más decisión y con normas más estrictas para impedir la propagación del coronavirus», alertaron ayer las autoridades municipales de Pekín, según informa el periódico «South China Morning Post».
Además de recuperar los controles de temperatura y códigos de salud QR, que se habían relajado en los últimos meses, se ha limitado el aforo al 75% en parques, monumentos, transportes y lugares de ocio en Pekín. A menos que sea estrictamente necesario, las autoridades han recomendado evitar las reuniones e incluso salir de la ciudad durante el fin de semana festivo del 1 de enero y, en especial, con motivo del Año Nuevo Lunar, que en 2021 cae el 12 de febrero y son las vacaciones más importantes de China. Dicha recomendación se vuelve obligatoria para los funcionarios públicos y, «de facto», también para las familias con hijos en la escuela, ya que los profesores insisten en que no viajen a otras ciudades para impedir la propagación del Covid-19. Si la situación empeorara en los próximos días, hasta podrían adelantarse las vacaciones de invierno sin esperar al Año Nuevo chino.
La OMS avisa que la pandemia de Covid
no será la última
Especialmente peligrosa
Esa fecha es especialmente peligrosa porque cientos de millones de personas viajan en las dos semanas anteriores y posteriores a la Fiesta de la Primavera, como se denomina en mandarín. Con estos rebrotes, muchos temen quedarse confinados como a principios de año, cuando la epidemia estalló en Wuhan el 23 de enero, dos días antes de la Fiesta de la Primavera.
Los expertos médicos ya habían advertido de que podía haber rebrotes en invierno a pesar del control del coronavirus en China, que tiene sus fronteras cerradas a varios países y exige pruebas negativas y cuarentena de dos semanas a los nacionales y extranjeros residentes que llegan. Tras estos rebrotes, las autoridades temen que los asintomáticos propaguen la enfermedad Covid-19 con sus desplazamientos del Año Nuevo Lunar, que son el mayor movimiento de masas del mundo.