ABC (Andalucía)

Diario de una auxiliar de enfermería que debutó en una UCI por el Covid

Marta Calvo, que hace un año era maestra, se topó con toda la crudeza del Covid-19 desde primera línea

- ENRIQUE DELGADO SANZ

colos para la realizació­n de estas pruebas de diagnóstic­o en las oficinas de farmacia», reconoce Illa.

Asintomáti­cos

Sanidad, sin embargo, encuentra más contraindi­caciones en el plan de Madrid. El ministro hace en su carta a Ruiz Escudero una alusión especial a la petición de que cualquier ciudadano pueda someterse a uno de estos tes, habida cuenta de que los antígenos no detectan los casos asintomáti­cos. Extenderlo a toda la población, dice, estaría fuera de la estrategia de detección precoz, vigilancia y control y en este supuesto «representa un uso distinto a la finalidad prevista por el fabricante».

«Las instruccio­nes de uso de los test establecid­as por el fabricante contemplan la realizació­n a personas con criterios clínicos y/o epidemioló­gicos de Covid-19, como son las personas sintomátic­as, los contactos estrechos de casos confirmado­s asintomáti­cos, y las personas asintomáti­cas en entornos de elevada transmisió­n y riesgo epidemioló­gico», concluye.

–Buenos días, soy técnico en cuidados auxiliares de enfermería y estoy disponible. No sé si necesitáis gente para trabajar.

–Hay sitio en la UCI, ¿te atreves a empezar esta noche?

Con esta conversaci­ón, que seguro se repitió en multitud de ocasiones hace unos meses, empezó todo para Marta Calvo. Unos días antes, esta maestra reconverti­da en auxiliar de enfermería por las cosas de la vida ya había dejado de atender varias llamadas de otros centros sanitarios por miedo a enfrentars­e a una pandemia desde la primera línea y con tan poca experienci­a.

Es algo normal, somos personas y la angustia ante algo así parece inevitable. Pero a la tercera, no lo dudó y se alistó a las filas sanitarias de un hospital castellano. Cualquier esfuerzo era bien recibido para intentar derribar al bicho.

Del hospital a casa y de casa al hospital con el país muriéndose a diario. Este era el panorama y ella decidió contarlo. Vio lo que mucha gente, encerrada en casa, no pudo o no quiso ni imaginarse. Y todo lo dejó por escrito en un diario, al que ha tenido acceso ABC, y que arroja una realidad cruda que no conviene olvidar ahora con las fiestas y el virus no se ha marchado todavía, aunque hayan empezado a llegar las vacunas. Eso sí, con cuentagota­s.

No hace falta tocar nada. Cada entrada del diario habla por sí sola y estos son algunos de los fragmentos.

Marta Calvo posa

para ABC

quien habían pasado de largo un sacerdote del templo y un escriba.

El Papa deseaba subrayar que el buen samaritano «cuando se encontró con aquel pobrecillo medio muerto al borde del camino no le hizo un discurso para explicarle el sentido de lo que le había pasado». No, el samaritano «se inclinó para ayudar a aquel extranjero, tratándole como a un hermano», le curó las heridas, le vendó y le llevó a la posada.

Según Francisco, a la luz de esa parábola «quizá podamos encontrar un ‘sentido’ al drama de la pandemia y de otros flagelos que golpean a la humanidad▶ suscitar en nosotros la compasión y provocar actitudes y gestos de cercanía, de cuidado, de solidarida­d». En esa línea, el Papa invitaba a dar gracias a Dios por «tantas personas que, sin hacer ruido, se han esforzado por hacer más soportable el peso de la prueba». Entre ellos ha mencionado en primer lugar «al personal sanitario -médicos, enfermeros y voluntario­sque están en primera línea», igual que «muchos sacerdotes, religiosas y religiosos». Pero ha extendido la acción de gracias «a quienes se esfuerzan cada día por sacar adelante a la familia y prestar un servicio al bien común», como los directores de centros educativos, los profesores y también «los administra­dores públicos, que saben potenciar los recursos disponible­s y no se mueven por los intereses personales ni los del partido».

«Podría parecer forzado dar gracias a Dios al final de un año como este», dijo el cardenal Re

Desde 2013

Los dolores de ciática de Francisco han ido a más en los últimos años, con problemas para caminar

Problemas de salud

Tradiciona­lmente, la ceremonia del Te Deum se celebra a las 5 de la tarde y, a continuaci­ón, el Papa visita el Nacimiento monumental de la plaza de San Pedro y saluda a los fieles, en su mayoría familias de Roma. Este año, en cambio, el Vaticano anunció por adelantado que Francisco no visitaría el Belén. Desde hace dos semanas, su cojera debida a la ciática es más pronunciad­a, pero casi nadie imaginaba que estaba yendo a peor hasta el punto de bloquearle casi totalmente. Es un problema de salud que arrastra de años. En el vuelo de regreso de Río de Janeiro, en julio de 2013, Francisco reveló que en su primer mes como Papa había sufrido «una ciática dolorosísi­ma ¡Dolorosísi­ma! ¡No se la deseo a nadie!». Desde entonces, lo ha venido tratándolo con inyeccione­s y fisioterap­ia, pero últimament­e era visible el empeoramie­nto, con mayor dificultad para caminar y, sobre todo, para subir o bajar escaleras..

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EFE
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