El Papa concede prorrogar el Año Santo hasta el 2022 a causa de la pandemia
Al filo de las 17 horas de ayer, el arzobispo de Santiago inauguró el nuevo Xacobeo
Tres golpes con un martillo de madera y plata marcaron, a pocas horas de la transición al nuevo año, el inicio del Xacobeo 2021. La ceremonia de apertura de la Puerta Santa se celebró en la tarde de ayer en la capital gallega, entre estrictas medidas de seguridad debido a la pandemia del Covid. La misma epidemia de carácter mundial que llevó al Papa Francisco a conceder la ampliación del Año Santo hasta el 2022. El anuncio lo hizo el nuncio papal enviado por el Vaticano, casi al término de la ceremonia religiosa. Supone un importante impulso para la Comunidad, que con la irrupción del coronavirus vio ensombrecida la celebración de esta fecha crucial. «Nuestro agradecimiento profundo por esta gracia al Santo Padre», respondió el arzobispo Julián Barrio, al frente de los actos de la ceremonia de apertura, que deseó que «Santiago sea ese faro luminoso para toda la sociedad».
Precisamente, las restricciones derivadas del virus limitaron el número de asistentes a la celebración a 70 personas desde el claustro y 270 desde el exterior del templo compostelano, cuando habitualmente rondaban el medio millar. Pero ni los protocolos sanitarios ni la lluvia lograron, pese a todo, restarle emoción ni simbolismo al momento.
La finalización de las obras de restauración en el interior de la catedral, después de una década de trabajos, impidieron el derrumbe del muro que la tradición asocia íntimamente a la apertura y que en este caso se realizó con una llave de plata. El encargado de girarla y abrir la puerta catedralicia fue el arzobispo Julián Barrio, ante la atenta mirada de una cohorte de religiosos y autoridades. El acto, sencillo y austero, estuvo precedido por una procesión litúrgica en la que se recordó que ésta es la «puerta del perdón».
Entre piezas musicales creadas para la ocasión y bajo un manto de fina lluvia, la comitiva se aproximó con paso firme a la plaza de la Quintana, guardando en todo momento la obligada distancia interpersonal. Tras las autoridades religiosas, incluido el nuncio del Papa en España, el filipino Bernardito Cleopas Auza, caminaron las civiles▶ el presidente de la Xunta y delegado regio en la ceremonia, Alberto Núñez Feijóo; la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz; los conselleiros del Gobierno gallego, el alcalde de la ciudad, Xosé Sánchez Bugallo; o el delegado del Gobierno en la Comunidad, Javier Losada.
«Una experiencia existencial»
Durante su intervención, el arzobispo de Santiago subrayó la esencia de una tradición que traerá a la capital a decenas de miles de peregrinos. «El Espíritu Santo reavive nuestra fe y la de todos los peregrinos, y haga que este Año Jubilar sea un año de gracia para todos los que en cuerpo o en espíritu visiten en nuestro año esta basílica compostelana» pidió aún desde el exterior del templo. El mensaje del Papa llegó de boca del nuncio Cleopas, que resaltó que «no somos seres errantes, sino que es la voz del señor la que nos llama y la que nos hace emprender este viaje para encontrarnos con Dios y con nosotros mismos». «Una experiencia existencial –aseguró– en la que la meta es tan importante como el camino mismo». Trufado de guiños a Galicia y su ruta, el religioso incluso citó al poeta Machado, evocando su «se hace camino al andar». «Acabarán con la mochila vacía y el corazón lleno de experiencias que se han ido fraguando en contacto con otros hermanos de otros contextos culturales, una misión que debe acompañarnos toda la vida» afirmó sobre la figura del caminante.
Su reflexión sobre la experiencia peregrina dio paso al momento nuclear de la celebración, la apertura de la Puerta Santa, que marcó el inicio del Xacobeo 2021 justo cuando las campanas de la Berenguela anunciaban las 5 de la tarde. La solemnidad del momento y el silencio en la plaza y en el interior de la catedral definieron los primeros minutos del nuevo Año Santo. La pandemia y el riesgo de contagio obligaron a ajustar la ceremonia hasta el punto de que a la eucaristía posterior a la apertura solo pudieron asistir unas decenas de personas, que agotaron las invitaciones en pocas horas.
En su homilía, Barrio lanzó un mensaje de «ánimo» a los asistentes. «He tenido el gozo de abrir la Puerta Santa, la de la misericordia, convencido de que al que llama se le abre» manifestó el religioso para proclamar que «hemos de afrontar estas circunstancias con la esperanza cristiana, que se abre a grandes ideales que hacen la vida más digna». «La casa del Señor Santiago abre sus puertas a todas las gentes para testimoniar el amor al Señor y a quien ama con predilección, que son los pobres y los descartados», prosiguió el arzobispo, que insistió en el «debilitamiento del sentido de la responsabilidad y los valores» en medio «de la crisis sanitaria, antropológica y cultural en la que se han visto sacudidas las certezas fundamentales de la vida de los seres humanos». «Es tiempo de rezar y amar», recetó antes de vuelo del Botafumeiro.
Un año más
«Nuestro agradecimiento profundo por esta gracia», dijo el arzobispo de
Santiago
Una catedral mejorada
En el interior del templo ganó protagonismo el resultado final de las obras de restauración de la basílica, con una inversión próxima a los 20 millones , y que lograron rematarse justo antes de la entrada al nuevo año. El producto de la rehabilitación, que recobró materiales y devolvió la luminosidad a las piezas y pinturas que adornan la catedral, enmarcó la primera eucaristía de este Xacobeo. La catedral pasará a abrir todos los días en horario de 9 de la mañana a 20.30 horas de la tarde a partir de hoy.