Ricardo Salinas, el magnate mexicano que defiende a Cortés
Es la segunda fortuna del país azteca, después de Carlos Slim, y muy cercano a López Obrador. Sus opiniones favorables sobre la conquista española han llamado la atención
ltimos dos días de este 2020, ¿qué aprendieron durante este año? Yo una de las cosas que aprendí fue a estar más en contacto con ustedes, a usar Twitter y a darme cuenta que todavía puedo hacer temblar a vari@s con un tweet». Este ha sido el elocuente mensaje de Fin de Año de un empresario tan sagaz como popular entre los mexicanos, quien, desde las redes sociales, habla sin pelos en la lengua sobre los más diversos asuntos, desde la subida de impuestos a su admiración por el desaparecido Armando Manzanero, estrella de la música, de quien recuerda la ocasión en la que acudió a comprar a uno de sus establecimientos. Tiene opiniones sobre todo y para todos.
Ricardo Salinas Pliego cuenta entre sus méritos haber convertido la tienda de muebles que fundó su bisabuelo en un conglomerado valorado en 9.500 millones de euros, que le sitúan como la segunda fortuna de México, sólo por detrás de Carlos Slim. Oriundo de Monterrey, con 65 años de edad y seis hijos –tres por matrimonio–, en torno al poderoso Grupo Salinas emergen desde el Banco Azteca hasta compañías punteras en el sector de la energía, los seguros, la minería o la televisión, así como una fundación del mismo nombre. El conglomerado emplea a más de 70.000 trabajadores. En los últimos meses, se ha convertido en una de las personalidades con más visibilidad en internet –como constatan las 100.000 menciones y los 279 millones de impresiones que ha generado en redes– gracias a un «premio» de 40.000 euros que reparte al azar. Sólo se ha visto superado por el regreso del general Cienfuegos, entregado a México por la DEA estadounidense, con más de 8 billones de inputs. La polémica también forma parte de su biografía, ya que ha reconocido haber invertido el 10% de su fortuna en bitcoins. Según «Bloomberg», él y su familia han ganado más de 400 millones de euros en la última década sólo en dividendos bursátiles.
El Grupo Salinas fue el elegido por el Gobierno para emitir las llamadas «tarjetas del bienestar» como soporte de los más de 25 millones de los beneficiarios de programas sociales, como Jóvenes Construyendo el Futuro, la Pensión para el Bienestar de los Adultos Mayores y las Becas del Bienestar Benito Juárez. Y es que don Ricardo forma parte de la troupe de empresarios que son afines a la «cuarta transformación», un proyecto del presidente López Obrador. Este movimiento, bautizado 4T, se sustenta en la visión del propio Gobierno que tiene como coordenadas históricas la independencia, la reforma y la revolución. Pero Salinas Pliego se ha desmarcado de esa ortodoxia en su propio blog al alabar
El magnate y creador
de un emporio que abarca desde la banca a
los medios, se ha destapado como un twittero hiperactivo y en ocasiones
polémico
cómo «Cortés pudo entender el pensamiento y la cultura indígena, que jamás dejo de admirar en sus “Cartas de Relación” (...). Logró navegar en un mundo ajeno donde empezó a configurarse nuestra cultura que es la fusión de dos visiones». El mensaje de apoyo empresarial del magnate tiene una estrecha relación con la conquista española▶ «Todo es colaboración».
Patrocinador de The World Economic Forum en su versión latinoamericana, instructor en las charlas TED o en The Harvard Business School, foros en los que ha pregonado la globalización, los microcréditos y el cambio tecnológico, la suerte nunca ha dejado de estar de su lado. Mientras el 41% de los mexicanos lucha por llegar a fin de mes, Pedro Salinas Pliego es uno de los pocos que en el país ha aumentado su patrimonio personal este año y que en 2019 se acercó a los 4.000 millones de dólares. Lejos, sin embargo, del siempre victorioso Carlos Slim, quien todavía le saca la nada desdeñable cifra de 40.000 millones. No obstante, a Salinas Pliego eso no parece importunarle y se parapeta tras sus sabios consejos▶ «Todo empieza con tus creencias. El miedo al cambio es lo que tenemos que superar».