Al servicio de la salud
La tecnología no solo ha impedido que el virus termine de resquebrajar la cotidianidad. También ha ayudado a contenerlo. Los ejemplos son muchos, y van desde los medidores de temperatura instalados en museos, hasta la creación de respiradores con impresoras 3D. También entran dentro de este grupo las aplicaciones de rastreo, que se han ido desarrollando e implantando en muchos países europeos durante los últimos meses. En algunos, como Alemania o Francia, las herramientas ya eran plenamente funcionales a principios de verano. En otros, como España o Portugal, su aterrizaje fue más largo y turbulento.
En lo que
Un medidor del calor en el cuerpo se refiere a nuestro país, Radar Covid, que es como se conoce a la herramienta, tardó más de lo esperado en ser operativo a nivel nacional debido a la descentralización del sistema sanitario. Hasta el momento cuenta con 6 millones de descargas y ha notificado 26.729 positivos. Datos que la sitúan muy lejos de las aplicaciones más extendidas, como la alemana Corona Warn-App, que recientemente ha conseguido superar la barrera de las 24 millones de descargas, aunque está teniendo también numerosos fallos. En opinión de Borja Adsuara, abogado especializado en temas digitales y exdirector general de Red.es, la falta de expansión de la «app» española se debe a la desconfianza de la ciudadanía en el Gobierno▶ «Tenemos más miedo de lo que pueda hacer el Estado con nuestros datos que de las grandes multinacionales tecnológicas. En el caso de Radar Covid nuestros datos personales no van a ningún lado». A pesar de esto, el jurista apunta que el servicio «podría haberse presentado mejor» para que la población hubiese comprendido bien el funcionamiento de la plataforma.