Daniel Barenboim, en el año 2022
Todo había comenzado titubeante y convencional, presentado por el realizador Henning Kasten con una panorámica de las butacas vacías y un primer plano de rosas adornando una sala que ha querido preservar su identidad, incluyendo la colocación habitual y cercana de los músicos, a quienes se ha sometido a rigurosos análisis sanitarios. En España se vio a través de La 1, la web de RTVE y en el Canal internacional, con Radio Clásica, Radio 5 y Radio Exterior, y presentación de Martín Llade. Luego, la realización se fraguó mediante tiros de cámara demasiado ensayados, desperdiciando la posibilidad de asumir el punto de vista de los inexistentes espectadores, a los que, sin embargo, Muti y la orquesta saludaron con relativa convicción a lo largo del programa. El rígido protocolo del Concierto de Año Nuevo apenas se ha aliviado en 2021 con la aparición en pantalla de 1.000 espectadores seleccionados entre los 5.000 registrados, cuyas caras y aplausos se hicieron presentes en directo finalizando las dos partes del concierto.
Sonaron detalles de oficio en el vals «Ondas sonoras» de Strauss, hijo, y una primera revelación musical con las «Lámparas de minero» de Zeller, una de los siete inéditos de esta edición.
El pianista y director argentino-israelí Daniel Barenboim dirigirá el Concierto de Año Nuevo de 2022, según anunció ayer la Filarmónica de Viena. Será la tercera vez, ya que lo dirigió en las ediciones de 2009 y 2014. «Daniel Barenboim tiene una importancia excepcional en la historia de la Filarmónica de Viena. No solo hemos tenido una larga y fructífera asociación artística, sino que también mantenemos una gran amistad», afirmó el presidente de la Filarmónica, Daniel Froschauer.
La orquesta austríaca recuerda que la colaboración con Barenboim como director se remonta a 1989 y que, como pianista, su primera interpretación con la orquesta fue en en el año 1956 (el músico tenía entonces 14 años), y con la elección se quiere celebrar que cumple 80 años. «Agradecemos al maestro Barenboim que dirigiese el primer concierto de la Filarmónica de Viena en junio de 2020 en el Musikverein después del confinamiento» por el coronavirus, agregó Froschauer.
Riccardo Muti Es un director capaz de evidenciar la capacidad vivificante del hecho cultural
Muti había comenzado refugiándose en la profilaxis interpretativa que caracterizó su última actuación de 2018, aunque los saltos sobre el podio al «Darse la vida» de Millöcker presagiaran otro horizonte. Este llegó tras el descanso, dedicado al documental «Happy Birthday Burgenland» de Felix Breisach▶ un impecable recorrido con motivo del centenario del estado austríaco donde prosperó Haydn y vio nacer a Liszt. Así, magia, fuego y misteriosa inducción asomaron con el vals «Las chicas de Baden» de Komzák II y se instalaron en una personalísima y rubateada versión del «Vals del emperador». La segunda parte se convirtió en un prodigio de sabiduría musical con momentos sugerentes (la polca «Margarita» adornada con una evocadora coreografía del español José Carlos Martínez en la Looshaus con extraordinario vestuario de Christian Lacroix) y otros prescindibles (las «Nuevas melodías» de Strauss, hijo, bailada con poco interés). El Concierto de Año Nuevo a cargo de la Filarmónica de Viena ha sido otro gesto valiente en un inquietante tiempo de duda. Y en su cúspide ha estado Riccardo Muti, un director capaz de actualizar esta música y evidenciar la capacidad vivificante del hecho cultural.