Kim admite el fracaso económico en una insólita autocrítica
El dictador comunista norcoreano inaugura el primer congreso del partido en cinco años
El líder de Corea del Norte, Kim Jongun, admitió ayer el «fracaso» de sus políticas económicas al inicio del octavo congreso del Partido del Trabajo, el primero que se celebra en los últimos cinco años.En un discurso en Pyongyang, Kim lamentó que no se hayan alcanzado los objetivos económicos marcados y ha matizado que, si bien el periodo para implementar la estrategia de desarrollo económico a nivel nacional acabó el año pasado, «todos los sectores se han quedado cortos a la hora de alcanzar sus objetivos», según informaciones de la agencia estatal norcoreana, KCNA.
El congreso ha comenzado en medio de la expectación ante la posibilidad de que Corea del Norte desvele al fin sus nuevas políticas económicas y en materia de política exterior, lo que incluye su postura frente a Estados Unidos y Corea del Sur, así como la desnuclearización de la península.
«Juicios sin precedentes»
Tras describir los últimos cinco años como un periodo de «juicios sin precedentes», Kim instó a la resistencia para implementar «la fuerza» del país. «La clave para superar las múltiples dificultades existentes con la mayor certeza y rapidez radica en consolidar nuestra propia fuerza, nuestra fuerza interna, en todos los aspectos», dijo.
El líder comunista norcoreano indicó, además, que sugerirá «la línea principal de lucha y las políticas estratégicas y tácticas por la causa de la reunificación nacional, promoviendo las relaciones exteriores y fortaleciendo el trabajo del partido». Su discurso centró la atención a nivel internacional de cara a la toma de posesión del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, prevista para el 20 de enero, una cuestión sobre la que Kim no se ha pronunciado aún.
Tres generaciones
Según las imágenes difundidas por la televisión estatal, en la apertura del octavo congreso del Partido de los Trabajadores de Corea (WPK) podían verse a 7.000 delegados y participantes –ninguno de ellos con mascarilla– levantarse al unísono para recibir con un gran aplauso la entrada de Kim Jong-un. Según los analistas, Corea del Norte sufre de una pésima gestión de su economía, y el anterior plan fue abandonado discretamente el año pasado. El Congreso ayer inaugurado «va a analizar con profundidad las experiencias, lecciones y errores cometidos durante este periodo», advirtió Kim, vestido como es habitual de negro, y que tenía detrás las figuras de su padre y de su abuelo, que le precedieron al frente de la dictadura. La agencia oficial de noticias del régimen no dio ninguna precisión sobre el tipo de «errores» a lo s que se refería Kim.