ABC (Andalucía)

Un hospital de Barcelona permite trabajar en la UCI a sus sanitarios en cuarentena

El Vall d´Hebron mantiene en activo a sus intensivis­tas que han tenido contacto estrecho con el virus

- ESTHER ARMORA

En la primera ola epidémica, el SARSCoV-2 noqueó el sistema sanitario. Hubo déficit de material básico asistencia­l y también faltaron profesiona­les. Las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) fueron el punto neurálgico de la pandemia. Vivieron situacione­s límite y ahora, en este nuevo ataque del virus, en el que se han resuelto los principale­s déficits de material tangible, lo que más preocupa es la posible falta de personal en unidades tan «vitales» como las UCI. Por este motivo, el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, centro de referencia en coronaviru­s en Cataluña y con una de las unidades de intensivos más importante­s de España, decidió dar un giro a la estrategia apuntada hasta ahora y marcó un protocolo propio para mantener su UCI sin las bajas que en la primera ola dificultar­on una óptima respuesta.

Iniciativa pionera

Ricard Ferrer, presidente de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc) y jefe de Medicina Intensiva del Hospital Vall d’Hebron, explica en declaracio­nes a ABC la doble estrategia que, de forma pionera, está utilizando el centro para mantener las plantillas de la unidad en activo pese al azote del virus.

El plan, que ya está aplicando, consiste, básicament­e en que los trabajador­es de la UCI que hayan sido «contacto estrecho» de un positivo de Covid-19 «cumplan el período de cuarentena trabajando y no se recluyan en sus casas como pasó en la primera ola»; eso sí, con estrictos controles de PCR (uno el día 0, otro el 4 y otro el 10). Ferrer admite que «hay cierto riesgo, aunque es mínimo de que entre prueba y prueba alguno positivice y pueda contagiar, pero, hemos hecho cálculos y nos compensa la estrategia porque, insisto, el riesgo es muy bajo».

De hecho, hasta esta semana, solo uno de los profesiona­les dio positivo tras la PCR del día 4 de la cuarentena, aunque «no se han registrado contactos secundario­s. La estrategia ha sido muy satisfacto­ria. Ya vamos mal de personal, solo faltan las bajas por cuarentena». Ferrer recuerda que las cuarentena­s trabajando solo son para el personal que ha sido contacto estrecho de un positivo, los que resultan infectados «obviamente cumplen la cuarentena aislados en sus casas».

En paralelo a esta estrategia, el centro somete también a todo su personal de UCI a pruebas PCR de forma regular para poder detectar infeccione­s en el personal asintomáti­co, una estrategia parecida a la que se sigue en el deporte de élite. «En el primer pico de la pandemia cuando se detectaba un positivo en la UCI perdíamos mucha gente. Con este sistema eso no ocurre», indica en declaracio­nes a este medio Ricard Ferrer.

Falta de profesiona­les

La estrategia del hospital va en contra de los protocolos del Ministerio de Sanidad, pero mantiene la plantilla Con PCR periódicos

«El riesgo de que den positivo en uno de los tres controles que hacemos es mínimo. Nos compensa»

Sin brotes

«Hasta ahora en el hospital hemos tenido positivos pero no brotes y la situación se ha llevado muy bien. La emergencia sanitaria nos ha demostrado que el personal de Intensivos es esencial y que se debe cuidar mucho. Es lo que pretendemo­s con esta estrategia», precisa el presidente de la Semicyuc.

«La tercera pata que completa la protección del personal de las UCIS es la vacunación», añade el especialis­ta. Ferrer está en desacuerdo con la planificac­ión que la Administra­ción ha hecho de la primera fase de vacunación, en la que, pese a que los sanitarios son «personal prioritari­o», aparecen como segundo grupo a vacunar, por detrás de los residentes y el personal de estos centros. «Debería vacunarse a los sanitarios en paralelo a las residencia­s porque es importante proteger al personal de intensivos en una situación tan complicada como en la que nos encontramo­s», apunta.

La estrategia del Hospital Vall d’Hebron de mantener en activo al personal de las UCIs pese a que haya sido contacto estrecho de un infectado no la siguen otros hospitales catalanes y va en contra de los protocolos del Ministerio de Sanidad. En el resto de centros, a los trabajador­es de estas unidades se les envía a casa para que cumplan el período de cuarentena (diez días). Una vez superado ese plazo, en función del caso se decide si se les somete a un test de antígenos o a una PCR para su nueva incorporac­ión en su puesto de trabajo.

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INÉS BAUCELLS Ricard Ferrer, responsabl­e de la UCI del Vall d´Hebron, una de las mayores de España
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