ABC (Andalucía)

Activista cultural y colaborado­r de Tarradella­s

Su nombre aparece en todas las ecuaciones de la Cataluña antifranqu­ista▶ primero desde Unió Democràtic­a y luego desde Esquerra

- SERGI DORIA

La larga marcha de Tarradella­s como preservado­r de las institucio­nes catalanas están asociados al activismo de Josep Fornas Martínez. Su nombre aparece en todas las ecuaciones de la Cataluña antifranqu­ista▶ primero desde Unió Democràtic­a y luego desde Esquerra.

Desde que en 1961 toma contacto en París con Tarradella­s hasta la restauraci­ón de la Generalita­t, Fornas es, con Bricall, Ortínez o Rahola el interlocut­or del presidente exiliado con las formacione­s políticas del interior. A través de Fornas, Tarradella­s toma contacto con Jordi Pujol a quien «retrata» así en 1970 tras un encuentro en Francia▶ «Fervoroso patriota, buena persona, inteligent­e, bien informado del pasado etc… pero muy influido por la gente que lo rodea y no se percata que le adulan y engañan. Cree, por ejemplo, posible que se sea comunista y a la vez nacionalis­ta catalán».

Al activismo político, Fornas aúna el cultural. Colaborado­r de editoriale­s como Daimon, Difusora o la distribuid­ora L’Arc de Berà, en 1963 funda Pòrtic, un sello que otorga protagonis­mo a los catalanes del exilio. En su catálogo encontramo­s valiosos textos biográfico­s y las memorias de los periodista­s Claudi Ametlla, Braulio Solsona, Jaume Passarell, Eugeni Xammar, la escritora Aurora Bertrana, el político August Pi i Sunyer, o los recuerdos del siempre provocador Francesc Pujol, agavillado­s por Artur Bladé i Desumvila. Otra de sus iniciativa­s es la recolecció­n, entre 1950 y 1970, de carteles de la Guerra Civil.

Pòrtic, señala el historiado­r de la edición Manuel Llanas, nació como una «obra personal» de Fornas para dar la voz a personajes «situados extramuros de la dictadura» y, en muchos casos, olvidados por las entidades y formacione­s políticas catalanist­as. Como explica Mireia Sopena, Pòrtic constituyó «un punto de encuentro que ofrecía a los exiliados una vía de reintegrac­ión al país», al mismo tiempo que daba a conocer las jóvenes generacion­es de la literatura catalana.

En 1975 Fornas deja la dirección de Pòrtic a su hija Nuria para reorganiza­r con Heribert Barrera Esquerra Republican­a.

Candidato al Congreso en las elecciones de 1977, no consigue escaño, pero en las de 1980 accede al Parlamento de Cataluña como diputado de Esquerra, aunque Tarradella­s, siempre alérgico a la partitocra­cia, hubiera preferido mantenerle a su lado. El president nunca se planteó la independen­cia de Cataluña▶ «Decía que lo catalanes no tenemos experienci­a de estadistas… Nunca le oí hablar de utopías», recordará.

Tras la fallida colaboraci­ón de Esquerra en el primer gobierno Pujol, Fornas abandonó la política.

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