ABC (Andalucía)

Si no puedes con el alga invasora, sácale provecho

Ladrillos para la construcci­ón, cosméticos o mobiliario urbano, las universita­rias andaluzas presentan proyectos para acabar con esta plaga

- ROMUALDO MAESTRE

ace seis años se la identificó por primera vez en Ceuta. Probableme­nte vino adherida en el casco de algún buque procedente de Asia. Hoy coloniza más de doscientos kilómetros de costa, desde Cádiz hasta Almería y parte de Huelva. Es la «rugulopter­yx okamurae», más conocida como el alga asiática. De color parduzco, su acomodo sin precedente­s al entorno y el hecho de no tener ningún depredador natural conocido hasta ahora, está poniendo en jaque a dos sectores punteros de Andalucía▶ el turismo y la pesca. Las arenas blancas de las playas de Cádiz se tornan marrones e impractica­bles cuando el mar devuelve toneladas de ese alga a la superficie. Pero esa es la punta del iceberg. Lo que no se ve es mucho peor. El suelo marino del Estrecho y casi la totalidad de su superficie rocosa de la costa está invadida por el alga asiática. Cuando los pescadores levantan sus redes no hay peces, hay una masa marrón de este alga. El atún rojo salvaje no entra en las almadrabas porque nada más calar los engaños de pesca éstos se llenan de algas y ciegan la luz de las redes.

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfic­o —Medio Ambiente para entenderno­s— la acaba de declarar especie invasora. Junto con la termita oriental, que está causando graves daños en las viviendas de Tenerife, incluso en árboles como el drago porque es capaz de devorar fibra viva y la acacia negra, que perjudica bosques de ribera del noroeste peninsular, figurarán en el BOE que prohibirá su tenencia y comerciali­zación. A quien no les va a afectar esta medida es a los investigad­ores de esta nueva amenaza, que ven una oportunida­d donde otros sólo aprecian un grave problema. Si no puedes con ella, sácale provecho económico.

Sandra Liliana Mogollón León es colombiana, doctoranda en Ciencias Económicas, Empresaria­les y Sociales, de la Universida­d de Sevilla y tiene un proyecto▶ demostrar que fabricar ladrillos y paneles para la construcci­ón con algas

Hes más barato que los normales de cerámica. A este reto le ha puesto incluso nombre, Bombus, y se inspiró en unas tribus indias de la costa de México que con este material se fabricaban sus casas. Lo primero que hizo tras tomar muestras fue probar su secado en ambiente natural y la decoloraci­ón con peróxido de hidrógeno en dos grados distintos de concentrac­ión. El siguiente fue realizar diferentes mezclas con materiales aglutinant­es para probar resistenci­a y desgaste ambiental; principalm­ente escayola y cemento. Una vez obtenidos los moldes de ladrillo se les sometió a dos pruebas. La primera para medir la tolerancia al calor mediante incineraci­ón controlada para determinar si se quemaba rápido o no. En la segunda había que demostrar la resistenci­a de la fibra mediante una presión controlada de dos toneladas. Y por último, fase en la que se encuentra ahora, el cálculo económico de la fabricació­n a pequeña y mediana escala. Mogollón no sólo piensa en ladrillos hechos con algas, también podría servir como materia prima para ornamentos arquitectó­nicos, placas prefabrica­das y revestimie­ntos para interiores y exteriores.

No menos ambicioso es el reto que plantean Marina Cruz, graduada en Derecho

Doscientos kilómetros De Cádiz a Almería, el alga asiática ha colonizado el litoral andaluz

y Administra­ción y Dirección de empresas por la Universida­d de Sevilla, e Irene Sánchez, graduada y máster en Arquitectu­ra por el mismo campus. Su idea es convertir estas algas en material para ser usado como mobiliario urbano de playa, siendo este totalmente biodegrada­ble y respetuoso con el medio. Tanto el material como la producción se haría en las zonas costeras afectadas, realizando la producción lo más cerca posible del kilómetro cero. Se crearía empleo en la zona y se minimizarí­a la huella ecológica. Para fabricar, por ejemplo, tablones de madera para hacer caminos hasta la playa o casetas de vigía para los socorrista­s, se usarían impresoras 3D.

Doctora en Literatura inglesa y profesora del Departamen­to de Literatura Inglesa y Norteameri­cana en la Facultad de Filología de la Universida­d de Sevilla, Inmaculada Caro propone mirar al alga asiática como un aliado en vez de un enemigo. Caro habla de «la cultura del alga» y tratarla como una verdura marina al igual que se hace en Galicia con algunas especies. No descarta el análisis de las posibilida­des que este tipo de alga tiene desde el punto de vista gastronómi­co y cosmético.

Programa Áurea

Todas estas mujeres han participad­o en la II edición del programa Áurea y se han visto todo tipo de propuestas, como la de Maracena Uriarte, que presentó un proyecto de reciclaje en el que, una vez secas, las algas se convertirí­an en láminas de plástico biodegrada­ble que podrían servir para hacer bolsas de «no plástico», como las que se fabrican con las cáscaras de patatas. El organismo que las convocó es la Asociación Andaluza de Mujeres Empresaria­s del Sector del Medio Ambiente, Ansemac, una ONG sin ánimo de lucro que quiere canalizar ideas potenciale­s para hacerlas realidad.

La propia consejera de Agricultur­a y Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo, ha apoyado estas iniciativa­s pioneras. Crespo sostiene que «la economía circular es un modelo de producción por el que apostamos firmemente desde el Gobierno de Andalucía como vía para continuar avanzando en sostenibil­idad».

 ?? ROCÍO RUZ ?? Sandra Liliana muestra en sus manos un prototipo de ladrillo hecho con el alga asiática despues de decolorarl­a. La misma alga que cubre abajo la playa de Tarifa en Cádiz
ROCÍO RUZ Sandra Liliana muestra en sus manos un prototipo de ladrillo hecho con el alga asiática despues de decolorarl­a. La misma alga que cubre abajo la playa de Tarifa en Cádiz

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