«Las llamadas de auxilio no cesaron en toda la noche»
Parecía una guardia más. Y así lo fue hasta, al menos, las 18 horas del viernes. La nieve empezó a caer poco a poco pero de forma constante. Como las alertas del Centro de Coordinación Operativa (CECOP), que avisan a los bomberos de la Comunidad de Madrid de las emergencias que llegan a través del 112. «Empezó a haber problemas de tráfico, gente bloqueada con sus vehículos en toda la región. Lo más llamativo, en comparación con otras guardias es que había muchos atascos, kilométricos, en sitios diferentes y de forma simultánea. Afortundamente la mayoría llevaba gasolina, por lo que el mismo vehículo hizo las veces de refugio seguro, lo que hizo que prácticamente todos pasaran la noche dentro del vehículo», relata Juan López (nombre ficticio), un bombero de la Comunidad de Madrid que intervino en la M-40, M-50, la carretera de Toledo o la de Andalucía.
«Fue una guardia diferente, es la primera vez que vi tantos atascos juntos de forma simutánea y distribuidos por toda la ciudad, las llamadas de auxilio no cesaron en toda la noche». La labor de los bomberos consistió, durante la dura noche en que Filomena se hizo con Madrid, en recorrer a pie los atascos para buscar gente en situación de emergencia. Sí se encontraron con conductores solos, parejas o alguna familia con el depósito vacío y sin calefacción. En esos casos, los trasladaban a hoteles o refugios. «Al dejar a una familia, nos comentó el empleado de una gasolinera que tenía a su mujer dentro del hotel porque se quedaron bloqueados y estaba a punto de parir, así que procuramos que no hubiese roto aguas y que se pusiera en contacto con los sanitarios».
También ingresaron en los autobuses atrapados▶ «Subíamos a preguntar si estaban bien, si necesitaban alguna medicación... A los que tenían cierta urgencia los llevábamos a un hotel o un centro comercial».
Como era de esperar, también se produjeron incendios por el uso de calentadores como braseros. «Hicimos evacuaciones de algunos edificios y pusimos a la gente que inhaló humo en manos de sanitarios», relata López. A la dura guardia también se sumaron caídas de árboles, «y de carteles publicitarios por el peso de la nieve». Ayer por la mañana y concluida su guardia este bombero seguía trabajando para apaciguar los estragos de Filomena.
√ Autobuses «Subimos a los autobuses a preguntar si estaban bien y quién necesitaba
medicación»