ABC (Andalucía)

La rave burló a los Mossos gracias a su sigilosa preparació­n

Aunque muchos viajaron días antes a Cataluña para la fiesta, la ubicación exacta solo se les desveló a última hora

- JESÚS HIERRO

vacuna, que se esperaba como un maná, sería uno de esos bienes esenciales para los que se habilitarí­a una fórmula para no detener los envíos.

El Ministerio del Interior y el Ministerio de Sanidad evaluarán hoy cómo la situación provocada por el paso de la borrasca «Filomena» afecta al traslado, almacenami­ento y distribuci­ón de la vacuna de Pfizer. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha asegurado que las Fuerzas de Seguridad han mantenido desplegada­s «todas sus capacidade­s» para que esta contingenc­ia no afecte a los planes de prevención de la pandemia del Covid19 ni a las campañas de vacunación en las comunidade­s autónomas.

Lenta y desigual

En España, como en otros países europeos, se ha empezado la campaña de vacunación de forma lenta y desigual. Europa dio el pistoletaz­o de salida el pasado domingo 27 de diciembre. La imagen de ese día fueron las fotos de miles de ancianos de residencia­s de toda Europa recibiendo el ansiado fármaco.

«No hay tiempo que perder, domingos, fiestas..»,dijo entonces Salvador Illa, ministro de Sanidad. Pero ese mandato no se ha seguido por igual en todo el territorio. La falta de personal, las fiestas navideñas y los problemas de coordinaci­ón con las residencia­s han dibujado un mapa con grandes diferencia­s entre comunidade­s. Madrid, Cantabria y Extremadur­a son las más rezagadas.

En las redes sociales había quienes se mofaban de los Mossos d’Esquadra y comparaban la situación con los días previos al 1-O, en los que la Policía Nacional y la Guardia Civil habían sido incapaces de localizar las urnas del referéndum ilegal. Lo cierto es que la Policía catalana no se enteró de que los últimos días del año en una nave industrial de Llinars del Vallès (Barcelona) se ultimaba la maquinaria para una desmadrada rave de Nochevieja, que pretendía alargarse sin tregua durante cuatro días con sus cuatro noches. Y después de ser avisados, por fin, de lo que allí sucedía, los Mossos optaron por retrasar su intervenci­ón, con fuertes críticas de propios y extraños.

Los organizado­res –capitanead­os por un joven de Tarragona de 22 años y una chica holandesa de 29– se cuidaron de no anunciar el evento hasta pocas horas antes, según reconoció el mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero. La Policía catalana no tuvo conocimien­to de lo en aquella antigua fábrica de ladrillos de Llinars se estaba preparando hasta que sobre las 21 horas del mismo 31 de diciembre fueron alertados por los vecinos. Pero ya era demasiado tarde.

Una discreta organizaci­ón

La infraestru­ctura de sonido, de primer nivel, y que podría ser la envidia de muchas discotecas, ya estaba montada. Y en la nave cientos de jóvenes, y no tan jóvenes, muchos extranjero­s desplazado­s expresamen­te para la «rave» barcelones­a, ya se movían con los ritmos electrónic­os. Habían viajado días antes a Cataluña, la mayoría en caravanas, en las que también dormían, y esperaron a que los organizado­res desvelasen en las redes el lugar exacto de la «rave» para no levantar sospechas. Muchos se conocían de fiestas similares en otras partes de Europa. Y eso facilitó, sin duda, la ágil y sigilosa organizaci­ón, que pudo esquivó el control policial.

Ya con la «rave» en plena ebullición, los Mossos descartaro­n desalojarl­a a las primeras de cambio. Primero, por que considerar­on que era mejor esperar a que los asistentes salieran por su propio pie. Y luego, sugirieron que aquella noche del 31 no tenían –ni tampoco al día siguiente– efectivos suficiente­s para desmontarl­a con garantías de que no se fueran a producir incidentes. Así que no fue hasta el sábado 2 de enero, cuarenta horas después, que los Mossos silenciaro­n esos atronadore­s bafles.

El operativo acabó con la detención de los dos organizado­res –que quedaron libres pero en condición de investigad­os por resistenci­a a la autoridad–, con cinco investigad­os más, y otros 215 asistentes también identifica­dos. No todos los participan­tes fueron cazados▶ muchos se escaparon campo a través, y otros recogieron sus bártulos y arrancaron las caravanas sin mayores obstáculos.

La tardanza de los Mossos en actuar fue criticada por vecinos, sanitarios, empresario­s del ocio nocturno y partidos, no solo de la oposición. Hubo un sonoro choque entre la Consejería de Interior –en manos de los posconverg­entes– y la de Salud –ERC–. Interior pedía a Salud un protocolo sanitario para actuar por el covid, pero la Consejería republican­a apremiaba a desalojar rápido y sancionar a los asistentes. Los organizado­res se exponen a multas de hasta 600.000 euros –además de las responsabi­lidad penales–, y de 3.000 euros el resto de asistentes. Pero fuentes policiales admiten que habrá dificultad­es para que los «raveros» extranjero­s paguen sus multas. Se llevaron la música –electrónic­a– a otra parte, y las ruedas de sus caravanas dejaron atrás una marcada huella de impunidad.

En la Biblioteca Nacional de España (BNE) se conservan los originales de las ediciones de las obras de María de Zayas (de

izquierda a dere cha), entre ellos una comedia supuestame­nte autógrafa (margen derecho de esta doble página). «Está firmada raramente. Si no tienes prueba de autenticid­ad, no puedes decir que es un autógrafo», argumenta Rosa Navarro Durán

mujer que es bigotuda, nunca dirías que tiene ‘bigotes altos’… Al final dice que se descubrirá, porque una espada de un caballero ‘se esconde mal bajo las sayas’. Sólo puede ser de un hombre».

Signos y evidencias

El problema era averiguar quién se escondía detrás de ese heterónimo. Navarro Durán comenzó a ver «signos», como la «curiosa» aprobación de sus «Novelas amorosas y ejemplares», en la que el maestro José de Valdiviels­o, amigo de Lope, habla del «autor», y no de la autora. Esta misma obra contiene el «Prólogo de un desapasion­ado», pero es un texto anónimo, «lo cual es rarísimo». En busca de su autoría, la catedrátic­a se acordó de dos de los poemas preliminar­es de ese libro, obra del prolífico escritor Alonso de Castillo Solórzano y, sobre

Juegos «Lope era el primero que lo sabía. Era una bromita que se hicieron entre

ellos»

Comparació­n

«Hay frases exactas, temas comunes muy llamativos. El material novelesco

es el mismo»

todo, de una décima que reza▶ «ni eres mujer ni eres hombre, / nada es humana tu suerte». «Me dediqué a leer a Castillo Solórzano para ver si había concordanc­ias. Encontré elementos muy claros que me hacían pensar que el prólogo era suyo y empecé a trabajar sobre la suposición de que él se ocultaba detrás de María». De hecho, en sus novelas, Castillo Solórzano habla de ella, alaba su ingenio, y dice que era amiga de la escritora Ana Caro de Mallén, con quien, según los correveidi­les virtuales, Zayas habría residido en Madrid. «No tenemos datos biográfico­s. Tenemos datos de dos o tres partidas de bautismo y defunción, pero no hay nada que diga que correspond­en a ella», apunta la catedrátic­a.

La introducci­ón de la nueva edición de «Novelas y desengaños amorosos» (Alianza), que en breve llegará a las librerías, está repleta de argumentos que evidencian que María de Zayas fue uno de los heterónimo­s –tuvo más– de Alonso de Castillo Solórzano. «Hay frases exactas. O María era una copiona o… Hay temas comunes muy llamativos, nada corrientes. El material novelesco es el mismo en uno y en otro. No tengo ninguna duda de que esta señora no existió. Lope era el primero que lo sabía. Era una bromita que se hicieron entre ellos, son juegos. Que un escritor se esconda bajo un nombre de mujer y triunfe es todavía más interesant­e. Con un seudónimo se atreve a decir muchas más cosas, tiene escenas eróticas muy atrevidas e, incluso, una relación homosexual femenina. Tardarán muchísimo en darme la razón, pero al menos que quede escrito», remata la catedrátic­a.

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REUTERS Los Mossos identifica­ron a unos 225 asistentes a la rave
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