El Madrid, sin ataque bajo la nieve
Empate justo en Pamplona. Osasuna defendió bien; poco
Cada elemento tenía su verbo▶ la nieve caía (sin mucho cuajo), el Osasuna se replegaba, y el Madrid, ¿qué hacía exactamente el Madrid?
Llegado el descanso, el partido, que tantos esfuerzos había exigido, era lo que se dice un bodrio.
Pulsaciones
Pero a la vuelta se animó. Asensio logró el primer tiro a puerta con una gran jugada donde mostró lo mejor de sí, control circense y un chut de clase, pero además mucha verticalidad e iniciativa.
El partido cogió pulsaciones. El Madrid atacaba más y el Osasuna le respondía de inmediato, añadiendo algo a su repliegue. Ocasiones, sin embargo, no había. Era mucho lujo eso, mucho pedir. A la altura del minuto 60, que es cuando Simeone dice que se sabe lo que será el partido, no estaba claro si sería niño, niña o más bien gender fluid. Fútbol no binario. Hubo justo ahí una llegada peligrosa del Madrid, aunque en fuera de juego.
Pero no sufría mucho más el Osasuna, que hasta se veía con ánimo para subir su presión.
Empezaron los cambios. Y el primero fue que entrara Valverde (por Asensio). Afianzaba el centro del campo Zidane con un 4-4-2. Empezó a entrar más Mendy que los extremos, aunque alguna vez se dejara la pelota. Y la amenaza rojilla se mantenía▶ Roberto Torres tuvo una buena ocasión en el 71.
El Madrid se fue orientando a la épica. Subía mucho Ramos al ataque y además entró Mariano. Pero fue entrar y acabarse los centros. Se habían ido Asensio y Modric, que sin hacer mucho habían hecho más que nadie.
Lo mejor de los cambios de Zidane fue Valverde, su ayuda a la defensa en las contras locales. El 0-0 no era bueno para el Madrid, pero hay cierta dignidad en dejar la puerta a cero.
Los locales estaban cómodos en el campo. Cierta propensión a alargar las pausas, pero buenos movimientos y además llegadas al área del Madrid.
El Madrid no se había rehecho. Los cambios de Zidane no terminan de tomar forma. A algo que se descompone se le añade Isco, y todo queda mal mezclado, extraño, heterogéneo.
Es que ni la épica pretendida hubo. Con el paso de los minutos, el empate iba ganando atractivo, como si el 0-0 fueran un par de ojazos.
El Madrid marcó un gol, pero en fuera de juego. Osasuna defendía bien y el que chutaba en el Madrid era Mendy. Un ataque romo, impotente. Muy poco creativo.
Empataron Osasuna y Real Madrid, y fue justo, y si alguien venció fue el fútbol (dirán) que le ganó a Filomena .
Cambios sin
efectos
De nuevo, las sustituciones de Zinedine Zidane no dieron el fruto
esperado