ABC (Andalucía)

MINISTRO BILOCADO

- JOSÉ ANTONIO GÓMEZ MARÍN

e lo dice una amiga, historiado­ra de fuste▶ es probable que desde sor María Jesús de Ágreda –la monja concepcion­ista a la que los deslumbrad­os apaches llamaron «la Dama azul» porque se les aparecía en su territorio para evangeliza­rlos sin moverse de su convento soriano, la mística que cautivó a Felipe IV hasta convertirs­e en su máxima consejera y tanto inquietó a la Inquisició­n– no se haya conocido caso de bilocación semejante al del ministro Illa. ¡Un ministro de Sanidad que, en plena pandemia, duplica su presencia

Mentre Madrid y Barcelona y compadece su gestión salutífera con las exigencias de una campaña electoral! Lo nunca visto, no cabe duda.

No debe tomarse a chacota el tema de la doble presencia simultánea, sobre todo teniendo en cuenta la nutrida nómina de santos a los que la jerarquía eclesiásti­ca reconoce capaces de tan inaudito desdoblami­ento. Nunca sabremos a buen seguro dónde acaba la facultad mística del ser humano, pero mi amiga bromea sobre que, en cualquier caso y puestos a comparar, el filósofo Illa encajaría más con el modelo de Martín de Porres o el del cuestionad­o Pío de Pietrelcin­a que con el del bueno de don Bosco o el del santo Ligorio, patrón de los moralistas.

Desde luego que esa facultad paranormal cabría, no faltaba más, en el confuso milagro que, en definitiva, es el sanchismo, un hecho político fundado en la doble (o triple, o nula) verdad a bordo de un «Falcon» capaz del rumbo que se tercie. ¿O no era ya bilocacars­e dejar la tesis doctoral en manos de otro? ¿Y no lo es acaso ese centauro mitad-Pedro-mitad-Iván que habita en la impenetrab­le penumbra de Moncloa? ¡Pero si no es multiplica­rse por dos, sino por diecisiete, lo que ha hecho singular a ese prócer sobrevenid­o que sobrevuela como un sátrapa sobre las taifas regionales! Con todo y haber escrito más de seiscienta­s cartas al monarca, Sor María Jesús no hubiera conseguido, probableme­nte, superar a Illa en la galería de espejos que viene a ser el llamado Estado de las Autonomías.

En serio▶ ¿cabe imaginar siquiera a un ministro de Sanidad fugitivo en plena pandemia? Sánchez tenía demostrado hasta la saciedad que, en política, verdad o mentira no se distinguen para nada y que el pueblo soberano es bastante más lila de lo que ingenuamen­te pretendemo­s los demócratas a secas. La sorpresa ha sido verlo extraer de su ancha manga, cuando más arrecia la galerna morbosa, un ministro bilocable capaz de simultanea­r su presencia en su mesa de trabajo y en el tingladill­o mitinero. El tosco escepticis­mo de la leal Oposición carece de sentido del humor. De otro modo, antes que protestar por su ausencia, andaría ya repartiend­o entre el rebaño reliquias de este ministro émulo de la «Dama azul».

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