Corazón helado
Media España congelada en cuerpo y alma, tanto que parecería esto la segunda estrofa del poema machadiano, aquel que augura a cualquier españolito llegado al mundo que una de las dos España ha de helarle el corazón. Pues tras Filomena, su furia blanca y sus mercurios en cotas abisales parece que la izquierda gobernante se resiste a declarar Madrid zona catastrófica (sólo en árboles ha perdido 150.000) y prefiere dar «ayudas a los afectados», cualquier cosa menos poner un euro más en manos de la administración de Ayuso y Almeida. Pagan el pato otros municipios, en este caso bajo la administración socialista, y ese aprendiz de verso suelto apellidado García-Page que también clama por la catástrofe pero que casi nunca llega a rematar el soneto con un estrambote manchego. Sánchez, desaparecido en la tormenta hasta el primer rayo de sol, se fue ayer a la UME a sacar pecho del trabajo de los militares [recuerden, no hace tanto deseaba suprimir el Ministerio de Defensa], de la misma manera que Ábalos alababa la labor de «las quitanieves del ministerio», como si fueran suyas o las hubiera pagado él. Las decenas de miles de trabajadores públicos, municipales y autonómicos, que se vienen dejando el lomo desde el pasado jueves con la pala no cuentan para el sanchismo gobernante. Tardará la nieve en irse con estos fríos glaciares pero más tardará en marcharse el sectarismo de Sánchez, obsesionado con hacer frente a Madrid. Volvamos, pues, a Machado para saber lo que le espera▶ «Madrid, Madrid, ¡qué bien tu nombre suena/rompeolas de todas las Españas!/La tierra se desgarra, el cielo truena,/tú sonríes con plomo en las entrañas».
La noticia de ese primer telegrama con que se avisó a la familia y a los allegados de la cogida mortal de Joselito el Gallo, en la plaza de Talavera de la Reina el 16 de mayo de 1920, ha tardado más de un siglo en tener su correspondiente fe de erratas. El telegrama original enviado al apoderado y hombre de máxima confianza, Manuel Pineda, no era tal como se publicó en la página 12 de la edición de la mañana de ABC del martes 18 de mayo. La redacción exacta del cable transmitido a las 18.40 fue▶ «Joselito cornada vientre con salida intestinos. Parra». Un siglo después, el mismo periódico que dio noticia del duelo popular en la ciudad ha tenido acceso a los cables de la muerte con los que se suministró, casi en tiempo real, la información de la cogida mortal que «Bailaor» le infirió a José Gómez Ortega.
Con el teléfono dando sus primeros y titubeantes pasos en España (sabemos que en 1924 había sólo 80.000 líneas en todo el país), el telégrafo era el único medio de información para conocer lo que había sucedido en Talavera de la Reina. Talavera dista por carretera 431 kilómetros de Sevilla. Desde Madrid, 124 kilómetros que hoy un automóvil cubriría, sin rebasar los límites de velocidad, en poco más de una hora pero que hace un siglo llevaba varias horas de camino. El primero en arribar desde Madrid fue Rafael el Gallo, hermano mayor, en el automóvil de Isidoro F. de Mora a las dos de la madrugada, según el relato que Gregorio Corrochano, único crítico presente aquella tarde, dejó en las páginas de ABC.
De la importancia del telégrafo en aquellas circunstancias nos han dejado rastro las propias crónicas periodísticas de la conmovedora muerte del Rey de los Toreros. El mismo 17 de mayo en que se da noticia de la cogida, se cuenta▶ «El gobernador de Toledo tomó el acuerdo acertadísimo de que el telégrafo funcionara toda la noche, sin la limitación ordinaria, para que se pudiera estar en comunicación con la familia del diestro».
Y al día siguiente, el 18 de mayo, se recoge el duelo popular con estas palabras▶ «Por las centrales de Teléfonos y Telégrafos y por el establecimiento titulado El Nuevo, punto de reunión del popular revistero taurino “Don Criterio”, desfilaron numerosos aficionados para informarse de las noticias que se iban recibiendo». La información –a diferencia de hoy en día– llegaba con cuentagotas, instilada a base de telegramas desde Talavera. La iniciativa la tomó Sánchez Mejías, cuñado de Joselito, acartelado con él en la aciaga tarde de Talavera, pero sabemos que también despacharon cables los banderilleros Cuco, Bombita y Cuarto. A Madrid no llegó la noticia hasta las siete de la tarde y en Barcelona corrió como la pólvora a partir de las nueve de la noche, lo que da idea de la demora en tener noticias fidedignas.
Al día siguiente, lunes 17 de mayo, en Sevilla se publicó a las nueve de la mañana una hoja –los diarios estaban obligados al descanso dominical– que se vendía a 15 céntimos «y el público los arrebataba de las manos». A mediodía se puso a la venta una edición especial por 10 céntimos que «también se agotó rápidamente». Tal era la avidez de saber qué había pasado.
celebrado en Sevilla en 1966, así como contratos, poderes notariales, o fotografías originales y, por supuesto, los seis telegramas de la cogida y muerte de José».
Quien habla es José Antonio Esquinas, poseedor de los cables con un siglo de antigüedad, que conserva plastificados para evitar su deterioro. Es la primismos. mera vez que se pueden ver los seis telegramas juntos▶ «Hasta la fecha, nunca habían aparecido los seis a la vez», refiere este periodista e historiador. Se expusieron, cinco de ellos, en 1965 enmarcados en el Club Taurino Sevillano. «Tengo un documento de entonces, con vistas a su exhibición, en el que se acredita que mi padre era propietario de los