«Damos de comer a la gente y somos los últimos»
Pedro José, Javier o José Luis, agricultores y ganaderos que ponen rostro al paso del temporal
El paso de Filomena no solo ha dejado hermosas estampas para rellenar nuestras redes sociales o reducido la movilidad en algunas grandes ciudades. La borrasca también ha irrumpido en la vida y proyectos de agricultores y ganaderos como José Ramón, Pedro José, Javier o José Luis quienes ahora se enfrentan a pérdidas en sus producciones, con el daño económico consiguiente. Quien mejor resume los sentimientos de los agricultores y ganaderos que ha entrevistado ABC es José Ramón Saurí que posee, cultiva y comercializa sus propias hortalizas en Foyos (Valencia)▶ «Damos de comer a la gente y somos los últimos», explica mientras lamenta que no podrá recoger más espinacas, acelgas, alcachofas o habas por la escarcha. En esta zona de Valencia no ha nevado, pero las heladas sí pueden dar al traste con este tipo de cultivos. «La alcachofa y el haba se hacen negra y, de cara a la venta, no se pueden vender», explica Saurí. Este pequeño agricultor confirma la impresión general▶ «No se ha conocido en 20 años otra igual», asegura este emprendedor del campo que ya no podrá recolectar hasta el próximo mes de marzo. Por ejemplo, la temporada de recogida de la alcachofa dura hasta mayo. Filomena supone para él un contratiempo de dos meses.
Para Javier Gil, propietario de varios invernaderos en la localidad zaragozana de Peñaflor de Gállego, la borrasca se ha llevado de un plumazo el trabajo de 10 años. En concreto, este empresario agrario que sirve a supermercados como Eroski ha visto hundirse entre 35.000 y 40.000 metros cuadrados de invernadero. El 70% de ellos plantados de borraja. «Es un cultivo autóctono que tiene muy buen consumo en Zaragoza y parte del norte», explica este emprendedor del que dependen 28 personas, el 98% fijas. «Esa presión solo la conoce un empresario, aunque solo tengas un trabajador, sabes que tienen hijos y que lo tienes que despedir... Te lo llevas a la cama y no duermes», confiesa Gil quien asegura que levantar todo lo destruido por Filomena costará 300.000 euros. En cualquier caso, apunta con optimismo que «en mi plantilla todos empujan para delante. Es una familia, nos vemos todos
Javier Gil, agricultor (Zaragoza)
«En mi plantilla todos empujan hacia delante. Es una familia, y cuando hay un problema, nos ayudamos» José Luis Fernández (Estremera, Madrid)
«Tenemos casi toda la cosecha de aceituna sin recoger, apenas un 10%»
los días y, cuando hay un problema, nos ayudamos». La nieve les ha llegado en un momento en que esta pyme zaragozana se encuentra bien considerada ya que sirve a supermercados como Mercadona o Eroski y tiendas de alimentación más pequeñas. En este sentido, recuerda todavía el reto que representó para ellos el fuerte empujón de la demanda en los primeros días del confinamiento el pasado mes de marzo.
Igual que José Ramón Saurí tienen un problema añadido▶ no podrán contar con los seguros. El primero desta