Buenas iniciativas

Hace unos días, casualmente, pasé por la calle Industria de mi ciudad, Valencia, y observé que en el número 8 había como una especie de librería de lance o de segunda mano, por lo que tuve la curiosidad de entrar para ver qué era aquello. ¿Y qué me encontré? Pues con la grata sorpresa de que es de una asociación sin ánimo de lucro, la Fundación Padre Juan Schenk, que se dedica íntegramente a divulgar la lectura en castellano por todos los países subdesarrollados de Hispanoamérica y Guinea Ecuatorial, mediante el envío de libros, pero también de material escolar y multimedia. Los envíos los hacen a escuelas, centros de formación profesional y seminarios católicos, sin ningún tipo de subvenciones o ayudas públicas. Me llamó tanto la atención esta altruista iniciativa que lo primero que he hecho ha sido llevarles un montón de libros y enciclopedias que apenas usaba. También precisan de voluntarios para trabajar en su almacén en la clasificación del material que reciben y en la preparación de los envíos que realizan. Ya saben la generosa aplicación que pueden darle a su vieja biblioteca. misa de once, con dudas muy razonables de que estuviera cerrada por la intensa nieve de los tres días anteriores; pero me llevé una gran alegría al comprobar que no solo estaba abierta, sino que había un camino de acceso perfecto, ancho y limpio de nieve desde la avenida de la Institución de Enseñanza Libre hasta la misma iglesia, un camino largo, pues tiene un jardín amplio antes de la entrada. En la iglesia estaba el sacerdote para ofrecer sus servicios, aunque solo acudimos tres feligreses a la parroquia.

Con esta carta quiero dar las gracias a todos los sacerdotes que nos prestan un servicio vital a todos los cristianos, y gracias también por la ayuda que ofrecen a los más necesitados.