ABC (Andalucía)

Casado ofrece al PP como parte de la solución en Cataluña «sin revanchism­o»

Pide pasar página a la política de bloques y defiende un proyecto de convivenci­a

- MARIANO CALLEJA

«Cataluña no es un problema para España y Europa, algunos han causado un problema y el PP quiere ser parte de la solución»

Populismos

«Con el populismo no se puede pactar y mucho menos ser compañero de viaje»

Ley de la selva

«Sin ley, sin institucio­nes, la democracia se transforma en la ley de la selva»

Pablo Casado mantendrá su objetivo de viajar a Cataluña todas las semanas, a pesar del aplazamien­to de las elecciones autonómica­s hasta mayo. El líder del PP estuvo ayer en Barcelona, donde expuso las líneas generales de su proyecto en una conferenci­a en el Círculo de Economía. Allí confesó que no se puede pretender ser presidente del Gobierno de España sin conocer a fondo Cataluña y todo su potencial. Casado, arropado por el candidato autonómico del PP, Alejandro Fernández, reclamó el fin de la política de bloques en esta comunidad, la sociedad dividida entre independen­tistas y constituci­onalistas, y defendió un proyecto de convivenci­a «sin revanchism­os».

Ante un nutrido grupo de empresario­s catalanes, el líder del PP subrayó su compromiso personal con Cataluña y defendió a los populares como parte indispensa­ble de la solución al problema «que algunos han creado». Según explicó, el compromiso del proyecto que lidera Alejandro Fernández en esta comunidad va mucho más allá de la cita electoral del 30 de mayo. Es un objetivo de «luces largas», y que frente a la polarizaci­ón y la división que algunos partidos y políticos se empeñan en mantener en la sociedad, defiende la convivenci­a de todos, la estabilida­d política y el progreso económico.

Partido «centrado»

A lo largo de la precampaña electoral, el PP ha intentado salirse del bucle frentista para defender un programa «integrador». Según Casado, el PP quiere estar en el centro para atraer a los votantes a este espacio. Su partido, remarcó, no es extremista, sino «autonomist­a y centrado».

En Génova están convencido­s de que la estrategia les está dando buen resultado hasta el momento, y se ha reforzado con el fichaje de la que fuera líder de Ciudadanos en Cataluña, Lorena Roldán. Por eso, cuando ayer se le preguntó a Casado por la posición de su partido ante el aplazamien­to de las urnas, el líder del PP esquivó la cuestión. Se limitó a decir que nadie les consultó si estaban de acuerdo o no, que les faltó informació­n para saber a cuántos catalanes afectaría en su derecho al voto la fecha inicial y que estarán a lo que digan, en su caso, los tribunales. En realidad, en el PP saben que el tiempo juega a su favor, porque según las encuestas están creciendo en la mayoría de los territorio­s, y tres meses y medio extras pueden mejorar de forma clara su resultado en las urnas si se asienta ese mensaje «centrista» que tratan de transmitir.

En su conferenci­a, Casado denunció el peligro que suponen los populismos para el desarrollo de las sociedades. Un populismo, precisó, que «siempre va de la mano de los nacionalis­mos». «Con el populismo no se puede pactar y mucho menos ser compañero de viaje, porque al cruzar el río, el escorpión siempre anda clavando el aguijón», advirtió. Se trata de un virus «que afecta a izquierda y derecha», sin mencionar a ningún partido en concreto, tampoco a Vox, con el que el PP firmó pactos de investidur­a en distintas comunidade­s y ayuntamien­tos.

Respeto a la ley

El jefe de la oposición reivindicó una acción política basada en la defensa de la libertad individual frente a colectivis­mos y los proyectos identitari­os, la defensa de la propiedad privada, el libre mercado y el respeto escrupulos­o al Estado de derecho, con un acatamient­o riguroso a la ley y a la separación de poderes y las institucio­nes de las que se han dotado los españoles. Casado hizo una mención expresa a la Constituci­ón, respaldada, según subrayó, por el 90 por ciento de los catalanes, y que fue el resultado de un ejercicio de generosida­d por parte de todos. Los que se quedaron fuera, comentó, lo hicieron porque quisieron, sin una causa que lo justificar­a.

«Sin ley, sin institucio­nes, la democracia se transforma en la ley de la selva», remarcó ante los empresario­s en Barcelona, que le seguían en directo o, la mayoría (unos 300), de forma virtual.

En la parte más económica, defendió un plan de choque para hacer frente a la crisis con reformas, y alertó del riesgo de clientelis­mo e ineficacia a la hora de gestionar los fondos europeos para la reconstruc­ción, que llegan a 140.000 millones de euros. Pedro Sánchez, recordó, rechazó su mano tendida para crear una autoridad independie­nte que diseñase y gestionase los proyectos con rigor.

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EFE Pablo Casado, con el presidente del Círculo de Economía de Barcelona, Javier Faus

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