ABC regala este domingo el primer tomo de la «Historia universal»
a lectura aporta riqueza. Nadie lo discute. Esta es una de las razones por las que los padres deben fomentarla en familia desde que sus hijos son bien pequeños. Para ello, lo primero que deben hacer es «ser referentes de un modelo de satisfacción; es decir, que los niños vean que los adultos cuando leen es por placer, porque les ofrece un tiempo de serenidad, descanso y disfrute», asegura Fernando Alberca, profesor y autor de «Pequeños grandes lectores».
También es importante que, después de la lectura, comenten al pequeño lo emocionante que ha sido conocer a un determinado personaje, cómo ha logrado su hazaña, las aventuras que ha tenido que superar, descubrir cómo se vivía en épocas pasadas... «Con lo que se contagia y se amplifica ese entusiasmo por lo que ofrecen las páginas de un libro», asegura este profesor.
Insiste, además, en que leer ayuda a los niños a que aprendan a comunicarse, a que sientan emociones y a que sepan transmitir sus propios pensamientos. «A través de los personajes “viven” en otros tiempos, se ponen en su piel y sienten miedo, ira, alegría, frustración..., gracias a su imaginación. Estas experiencias –prosigue Alberca– les dota de herramientas fundamentales para que, el día de mañana, cuando
Ltengan que enfrentarse a una situación que les genere estos sentimientos puedan identificarlos y sepan cómo salir de ella. Es una aportación muy interesante, sobre todo porque la infancia actual se enfrenta a mayores riesgos –desafecto, acoso escolar...–, que los niños de generaciones anteriores». Asegura este profesor que «si los padres fueran verdaderamente conscientes de todos estos valores añadidos de la lectura se empeñarían más en leer en familia y no en pensar que es una labor que se debe cubrir solo desde el ámbito escolar».
De la misma opinión es la doctora en Psicología Silvia Álava Sordo, quien considera que al igual que en los hogares hay momentos de ocio para ver la televisión, conectarse a internet o jugar, «debe establecerse un tiempo de lectura que, dependiendo de la edad de