Igualdad, la bandera que más fractura a PSOE y Podemos
Desde que Calvo perdió esta competencia, es una fuente de conflictos y tensiones en el Gobierno de coalición
En noviembre y diciembre pasados, la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, reivindicó la «figura de mujeres» pioneras en las conquistas para la igualdad en España. Lo hizo al depositar flores ante el busto de la abogada Clara Campoamor en Madrid e inaugurar los actos de homenaje por el bicentenario del nacimiento de la periodista gallega Concepción Arenal.
«Ellas fueron –dijo Calvo– el germen del actual estado de bienestar» en nuestro país. Un legado que patrimonializa el PSOE. Un papel similar al que tenía cuando era ministra de Igualdad. Calvo no ha ocultado durante el último año su malestar tras perder la cartera cada vez que presenta algún proyecto su relevo, Irene Montero. La exministra se vio relegada por
Pedro Sánchez, al ceder a la exigencia del vicepresidente Pablo Iglesias. Encabezar el Ministerio de Igualdad era vital para Podemos, y sus políticas una bandera por la que luchan con los socialistas sin paños calientes. Aunque el PSOE reivindica desde décadas atrás la igualdad y el activismo feminista.
Ministros socialistas como el de Justicia, Juan Carlos Campo; el de Transportes, José Luis Ábalos; Interior, Fernando Grande-Marlaska, y la propia Calvo han protagonizado más de un lío (airado o velado) con la titular de Igualdad, a cuenta de los postulados «queer» que pretende introducir en su agenda, explícitamente ideologizada.
¿Qué significa esto? Fuentes socialistas consultadas por ABC consideran que «Podemos no tiene una bandera propia y busca un elemento permanente de confrontación» al eliminar «la identidad sexual» o la categoría jurídica de sexo al redactar sus leyes. Y esto habría sido, precisamente, el motivo del enésimo enfrentamiento en solo un año de Ministerio morado, cuando el jueves, el Grupo Parlamentario Socialista registró en el Congreso una proposición de ley integral de igualdad de trato que elimina, dicen las mismas fuentes, «todo rastro de discriminación étnica, racial o sexual». El PSOE la bautiza como «ley Zerolo», porque fue el fallecido dirigente Pedro Zerolo quien defendió la iniciativa en 2011 junto a la entonces ministra de Igualdad, Leire Pajín, al insistir Bruselas en la necesidad de que ninguna ley del país contenga cláusulas discriminatorias.
Sí la conocían
Al registrarla en el Congreso como «parte del cupo que tiene el PSOE para que se debata en la Cámara en febrero», alegan, se desató el conflicto. Desde Podemos aseguran que habían pactado un texto, en contenido y forma, durante los últimos meses siempre con la condición de que fuese Montero quien lo capitalizase. Iba a ser de forma «inminente», aseguran. Desde el PSOE, no obstante, contraponen que «sí presentaron la ley Zerolo y los podemitas no la aceptaron, porque no se ajusta a sus estándares “queer”».
En el partido mayoritario en el Gobierno, de hecho, reprueban que «todas las leyes de Podemos están cortadas por el mismo patrón▶ hasta la ley de Infancia promueve el borrado de la